El presidente de Maizar (Asociación Maíz Argentino), Gastón Fernández Palma es, quizás, una de las voces más autorizadas para hablar del presente y del futuro del grano en la Argentina. LA GACETA Rural dialogó telefónicamente con el empresario y productor bonaerense, para recoger sus reflexiones sobre el panorama que avizora en el sector maicero argentino. El diálogo fue como sigue:

- A esta altura de la campaña, ¿para el maíz ya no hay salida?

- En este momento la suerte ya está echada. Esperamos que los políticos que vengan y los que gobiernan hasta diciembre de este año terminen con las medidas implementadas, que tienen un fuerte impacto fiscal. Tienen que terminar con los ROE, los cupos y las retenciones, para que de una vez por todas el productor cobre el precio lleno. Además, hay que actualizar el tipo de cambio. Sin esto, el sector maicero no tiene salida ni solución.

- ¿Es imposible encontrar equilibrio entre el mercado interno y el mercado externo?

- El mercado interno tiene muchísima demanda y es altamente competitivo. Pero existen jugadores que no se quedaron dormidos en el sector maicero, por ejemplo Brasil (con su zafriña o maíz de fuera de época) y Venezuela. Entonces, entiendo que lo primero es empezar desde lo más simple: transformar esta proteína vegetal en proteína animal. Para ello, se necesitan generar las condiciones para que la producción de carne se transforme en rentable, donde es fundamental que desaparezcan los cupos. Después, hay que darle valor agregado. Y con los excedentes debemos buscar el acceso a los mercados internacionales.

- ¿El productor del NOA qué puede hacer en ese sentido?

- Creo que el Noroeste Argentino (NOA) puede volcarse a la producción de etanol, tanto trabajando con la caña de azúcar como con el maíz, porque son producciones complementarias. El maíz y el sorgo están concatenados con la caña de azúcar, así que las medidas que se adopten deben ser inteligentes. No son producciones antagónicas, si no complementarias. Ambas tienen salida en el mercado externo.

- ¿Esto qué producirá?

- Esto se traducirá en mayores cupos de etanol, menor cantidad de azúcar producida y menos problemas de precios, que tienen importantes demandas internas y externas, donde el etanol podrá venir de la caña o de los cereales. Y lo que es más importante: habrá un menor gasto en divisas para importar, que es un aspecto que el país necesita con urgencia.

- Entonces hablamos de maíz y de energía.

- Sí, por supuesto. El maíz es fundamental para la ecuación energética. Y también es fundamental para la sustentabilidad del agro y del suelo. Por eso, hay que tender a un mejor contexto general.

- Pero no estamos divorciados del mercado internacional.

- Por supuesto. Pero lo cierto es que por más que el maíz siga con los precios fluctuantes en el mundo, la energía sigue siendo requerida y demandada. Hasta el año 2050, se estima que debemos llegar a estar libres del consumo de combustibles fósiles (petróleo y sus derivados). Entonces, debemos mirar a la biomasa y a la producción vegetal, que es un mercado importantísimo. No será fácil y rápido de implementar. Pero se necesita industrializar el campo argentino.