“No voy a permitir que se metan con un sistema de salud que es el orgullo de los tucumanos”. La frase, pronunciada por el ministro de Salud, y candidato a intendente de San Miguel de Tucumán por el Frente para la Victoria (FpV), Pablo Yedlin, sonó como aquellas que se mascullan con dientes apretados, antes de saltar a la arena, para enfrentar una dura batalla.
Así salió Yedlin a responder al actual jefe municipal capitalino, y aspirante a vicegobernador por el Acuerdo para el Bicentenario, Domingo Amaya, que había criticado la gestión del Ministerio de Salud, que entre 2003 y 2007 estuvo a cargo de Juan Manzur. “Él promete hacer hospitales; y la semana pasada una señorita joven se enfermó y en Alberdi no había aparatos para hacerle un diagnóstico. No es culpa de los profesionales, porque cuando (este) no tiene los elementos no puede hacer nada. La mandaron a Concepción y tampoco pudieron hacer nada, porque no tenían elementos. Llegó al (hospital) Padilla. El único que está muy bien equipado, pero lamentablemente llegó con infección generalizada y falleció. ¿Cuánto vale una vida? Ahí debe estar la política”, había dicho el compañero de fórmula de José Cano.
“Por supuesto que los sistemas de salud reciben gente grave y por supuesto que lamentablemente hay gente que fallece, pero utilizar esos casos me parece una bajeza que ya no me sorprende”, señaló Yedlin en la radio LV12. Luego, se despachó contra Amaya y contra Cano. “Se fueron en helicóptero en aquel momento de la Alianza, y nos dejaron los hospitales sin recursos. Cuando uno escucha al intendente que se transformó en macrista y radical le da vergüenza. Que él, que fue compañero nuestro hasta hace seis meses, antes de darse cuenta de que no era peronista, nos critique... Tiene los CACS (Centros de Atención Comunitaria de Salud) en la capital absolutamente abandonados”, afirmó.