Gonzalo Blasco es uno de los tantos productores de granos de Tucumán que, hasta hace 30 o 60 días, no tenía certeza de sembrar soja en esta campaña. Pero el cambio de las políticas granarias para el sector en la Argentina, actuaron como un aliciente para lanzarse a poner semillas en su campo.

“La semana pasada arrancamos con la siembra. Pero aún hay muchos productores que no comenzaron. Estimo que entre un 10% y un 30% de los agricultores comenzamos esta campaña”, dijo a LA GACETA Rural.

“El avance está en función de la cantidad de lluvia que cayó en los campos”, dijo.

“En los primeros días de diciembre llovió mucho; pero ahora estamos esperando. Por eso, me atrevo a estimar que, en promedio, en Tucumán se sembró hasta ahora entre un 20% y un 25% de la superficie proyectada”, señaló.

El agricultor reconoció que “existen algunos inconvenientes con las variedades de soja utilizadas durante la siembra. Hemos detectado mala calidad en los poderes germinativos. Esto sucede, en muchos casos, porque los mismos productores multiplican las semillas para ‘uso propio’, y de ahí se deriva este problema que estoy comentando”, dijo a nuestro diario.

“De todas maneras -aclaró- el agricultor, los productores, estamos atentos para realizar todos los controles de calidad necesarios, de tal manera de tratar de garantizar el crecimiento de sus plantas de soja”. (Dichos controles son realizados tanto por el productor como por el semillero).

Oferta variada

En relación con las variedades de soja sembradas, Blasco destacó que “el hombre de campo hoy tiene disponible una paleta muy amplia de variedades de soja”. A modo de ejemplo, mencionó que “en nuestro caso, en el primer golpe de siembra, utilizamos granos de ciclo corto indeterminado”, dijo.

“Cuando se produzcan más lluvias, seguramente pasaremos a sembrar granos de ciclo largo, grupos VII y VIII”, señaló.

Y en relación con el uso de herbicidas, el productor sojero destacó que “los barbechos los hicimos sin problemas. Los controles realizados fueron los adecuados”, mencionó.

Sin embargo, aclaró que “la presencia de malezas resistentes, nos obliga a trabajar con distintos tipos de herbicidas”, concluyó.