MAR DEL PLATA.- Quizás a mitad de año, San Lorenzo ni se acuerde de este partido pero mientras el verano dure, difícilmente podrá sacarse de encima la dura derrota que encajó anoche en la final de la Copa Ciudad de Buenos Aires, ante Huracán, su clásico rival, por 3 a 1.
El “globito” jugó el partido portando un diploma que acreditaba una maestría en contundencia: cada llegada significaba un gol. Y eso que empezó tarde a generar peligro en el arco del “ciclón” que tenía la pelota pero no lastimaba.
Todos los goles del ganador llegaron en la franja media del partido: Daniel Montenegro adelantó a Huracán con un golazo de tiro libre sobre el final del primer tiempo. Ramón Ábila puso el segundo apenas comenzado el complemento y Matías Caruzzo, en contra, liquidó el partido a favor de los de Parque Patricios, tras una gran jugada de Mariano González.
El merecido descuento llegó gracias a Facundo Quignon aunque ya era tarde. (Especial)