BUENOS AIRES.- Las energías renovables (eólica y solar) dejaron de ser una “aspirina para el cáncer”, como se las solía denominar. Hasta hace unos dos a tres años, el denominativo que prevalecía para estas energías aludía a sus costos aún muy altos y a la intermitencia para generar energía eléctrica.
Es decir, no se pensaba que impactarían la matriz energética mundial en el largo plazo, conformado por 30% petróleo, 30% gas natural, 30% carbón y 10% otras energías. Esta composición es aún la matriz energética mundial predominante pero las renovables pueden cambiar esta relación.
Impulsadas por una muy drástica reducción de costos por mejoras en tecnología y políticas públicas para favorecer su uso, las fuentes renovables han irrumpido con mucha fuerza en el panorama energético de las naciones. Según datos de la Agencia Internacional de Energía, el 2015 fue el primer año en el que el crecimiento de la capacidad de generación de energía solar y eólica superó a la expansión de la capacidad de generación de energía de carbón en el planeta.
Mar de paneles
Globalmente, se instalaron 49 GW de energía fotovoltaica y 63 GW de eólica durante el 2015. Europa es ya un mar de paneles solares y molinos de viento que dan energía intermitente y deben ser respaldadas por energía térmica (de gas natural, carbón o derivados de petróleo) o nuclear.
Francia no ha eliminado sus centrales nucleares que sirven de respaldo para las energías renovables en Europa. También el gas natural proveniente de Rusia y por GNL de varias partes del planeta hace de soporte para la generación europea. Varios países asiáticos están en el mismo camino, y según se reporta, en China se instalan dos molinos de viento cada hora.
América Latina está en la misma senda, donde Uruguay, Costa Rica y más recientemente Chile, Argentina y México han hecho importantes avances para incorporar abundante energía renovable a precios competitivos (logrando reducir sus costos a valores de entre U$S 40 y U$S 70 por Mw/h), sin necesidad de subsidios y/o mecanismos de “feed in tariffs”.
En Chile, en una reciente licitación de energía, las renovables han dejado a un lado generación térmica a gas natural que estaba prevista. No se pudo competir con GNL importado. Este año, Argentina ha adjudicado 1,000 MW de renovables y va por 600 MW adicionales hasta diciembre. Estas energías están compitiendo mano a mano en generación y tomando mercado de gas en el planeta. Más aún, avanza con fuerza la generación distribuida con paneles solares y sistemas eólicos en edificios, comercios y hasta en domicilios.
Generar con carbón es generalmente más económico que generar con gas natural. Sin embargo, el gas natural es mucho más limpio y debería tener políticas públicas para favorecer su uso con respecto al carbón. Al momento de tomar decisiones, lo países optan, desde el pragmatismo y para fomentar su competitividad, por energías más económicas, dejando de lado sus rimbombantes adhesiones al cambio climático.
Varios países asiáticos y China en particular siguen basando su desarrollo económico en el carbón. Japón ha incrementado sus usos de carbón y está disminuyendo el de gas natural. (Télam)