Según quien lo defina, el juez federal Claudio Bonadio puede ser considerado el que más avanzó en contra de los Kirchner o el juez que está arriba en el ranking de denuncias (en su contra) después del ya jubilado Norberto Oyarbide.
Antes de llegar a la Justicia, Bonadio fue subsecretario de Legal y Técnica de Carlos Corach, durante el menemismo. Su nombre figuró en el listado de los jueces afines al menemismo que se conoció con la famosa “servilleta”. En el menemismo, Domingo Cavallo denunció que Corach escribió en una servilleta los nombres de los magistrados que eran afines a ese espacio.
Cuando comenzó a investigar a la ex presidenta, Cristina Kirchner, en una conferencia ella lo trató de “juez pistolero”. Fue unos días despues que allanara las oficinas de su hijo, Máximo, en Río Gallegos por el caso Hotesur.
En 2015, Cristina reveló en público que el juez era propietario del 20% de las acciones de una estación de servicio en Villa Ballester que adeudaba los balances de 2011 y 2012 ante la Inspección General de Justicia (IGJ). La empresa Mansue SA es de su hermano, Carlos Alberto Bonadio, y de otros dos accionistas. En teoría, ningún juez puede tener una empresa, pero el magistrado la habría declarado ante la Corte Suprema como parte de una herencia, según Perfil.
A lo largo de su carrera, acumuló más de 51 denuncias ante el Consejo de la Magistratura, que luego fueron desestimadas. Algunas de ellas eran por delitos graves. La dos salas de la Cámara Federal lo sancionaron varias veces por arbitrariedad, dado que no dejaba a las partes acceder a los expedientes en trámite.