BUENOS AIRES.- La CGT cumplió ayer su primer paro general contra el gobierno de Mauricio Macri, en una medida de fuerza que calificó de “contundente”, pero desde la Casa Rosada no emitieron señales de tomar los reclamos de la central obrera ni convocar al triunvirato de conducción al diálogo, sino que ratificaron que el contacto seguirá “sector por sector”.
La CGT evaluó como “contundente” el paro y destacó que contó con el “acompañamiento” no sólo de “trabajadores”, sino también de los “sectores del comercio y PyME”. “El paro no ha sido una expresión mayoritaria de los trabajadores” enfatizaron desde el Gobierno. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, interpretó la huelga como “una medida de fuerza focalizada en el transporte” y advirtió que “acciones como estas no ayudan” y “retrasan” la llegada de inversiones, además de apuntar que no fue “expresión mayoritaria de los trabajadores”. Por su parte, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, calificó el paro de “innecesario” y ratificó que el Gobierno tiene “predisposición al diálogo” para reunirse con los gremios “sector por sector”, al tiempo que atribuyó la medida a una “acción política” en el marco de una contienda electoral.
El triunviro cegetista Héctor Daer subrayó que el “alcance” de la huelga fue “similar en todas las regiones del país”, aunque advirtió que “no hay éxito en una medida si no se encuentran soluciones”.
En tanto, Juan Carlos Schmid, otro de los triunviros, no descartó la posibilidad de una reunión entre Macri y la dirigencia sindical que deberá “empezarse a gestionar al concluir esta jornada”, aunque aclaró que la organización y el Gobierno tienen “enfoques distintos” en materia económica. “Hay un llamado de atención y, si el Gobierno se jacta de llevar adelante una lógica de ensayo y error, es una buena oportunidad para que se cumpla efectivamente”, explicó.
Schmid también respondió a las críticas del Gobierno y dijo que “si hay mafia en este país que la busquen en la especulación financiera, es allí donde van a encontrar más de un mafioso”. “No estamos promoviendo ninguna fogata social, no está en el ánimo que se termine el mandato de nadie”, completó, para rechazar también las versiones de intentos de desestabilización. Además, ratificó el reclamo de que “las paritarias tienen que ser libres”, exigió “un aumento de emergencia para millones de jubilados que siguen sumergidos” en la pobreza, que se encuentre una “solución a la puja educativa” y “revisar la administración del comercio exterior”, a la que interpretan como “suicida”. En medio del paro, el presidente Mauricio Macri enfatizó que es “bueno estar trabajando”, al inaugurar el Foro Económico Mundial para América latina (ver página 11).
A la medida de fuerza, que se extendió por todo el país, adhirieron gremios del transporte, además de servicios como bancos, recolección de basura y estaciones de combustible, mientras tampoco estuvieron abiertos los hospitales y escuelas.
Como parte de las protestas, militantes de izquierda y organizaciones sociales bloquearon el tránsito en los accesos a la Capital Federal, y hubo incidentes en la autopista Panamericana, donde el Gobierno aplicó el protocolo antipiquetes.
Por su parte, la CTA unificada, con Pablo Micheli y Hugo Yasky a la cabeza, aseguró que fue “una jornada histórica” que se calculó en un “90%” de adhesión, además de repudiar la “represión” en la autopista Panamericana. El jefe de la CTA de los Argentinos, Yasky, denunció además “la decisión de instalar la imagen de la represión para desplazar la imagen de las ciudades vacías”. En tanto, el titular de la CTA Autónoma, Micheli, acusó a la Casa Rosada de haber “desatado un ataque brutal” contra las “centrales sindicales por haber convocado al paro”. (DyN)