BUENOS AIRES.- El juicio político que impulsa la diputada nacional Elisa “Lilita” Carrió, socia política del presidente Mauricio Macri, contra el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, no goza por estas horas de un buen pronóstico. Los medios nacionales recogieron ayer, en sus ediciones digitales, señales del macrismo y del justicialismo favorables al magistrado.
El propio jefe de Estado se “despegó” del pedido de remoción que impulsa su aliada en Cambiemos. “Yo he dicho públicamente que las denuncias de Carrió son a título personal; como Presidente o gobierno no las compartimos”, expresó el mandatario en radio Mitre, del grupo Clarín.
Como se recordará, la crisis detonó la semana pasada, cuando Lorenzetti envió sendas cartas documento a Carrió y a la jueza María Romilda Servini de Cubría, mediante las cuales las emplazaba a retractarse de las acusaciones públicas que habían formulado en su contra. Por separado, la parlamentaria y la magistrada habían cuestionado el fallo de la Corte nacional que restableció los 75 años como la edad para la jubilación de los jueces, responsabilizaron a de la disposición a Lorenzetti y le atribuyeron intencionalidad a la medida para retirar del ejercicio de la judicatura a quienes son contrarios a los intereses del jefe del superior tribunal.
Lorenzetti consideró afectados su honor y su imagen y advirtió que entablaría las correspondientes demandas civiles si no había una pública retractación. Carrió contestó promoviendo el juicio político, al considerar que el juez supremo incurrió, presuntamente, en mal desempeño y violación de los deberes éticos, además de la probable comisión de delitos; por lo que considera que el titular de la Corte no cumple con las condiciones de decoro y moral que exige la investidura de su cargo.
Pero la embestida de “Lilita” en contra del titular del máximo estrado judicial de la Argentina no solamente recibió una mala señal desde la Presidencia de la Nación. También el peronismo habría dado señales de que no apoyará el pedido de juicio político en el Congreso, con lo cual el oficialismo, ni aún queriendo, tendrá los números para deponer a Lorenzetti.
Según el diario Perfil.com, “Ricardo Lorenzetti atesora para su tranquilidad el recuerdo de la reunión donde Miguel Angel Pichetto le desestimó la posibilidad de una mayoría a favor del juicio político en su contra en el Senado”.
Según el “Procedimiento para el caso de juicio político” del reglamento de la Cámara Alta, se necesita que dos de cada tres senadores se pronuncie en favor para que la destitución proceda. “Si resultare mayoría de dos tercios de votos sobre todos los cargos, o sobre alguno de ellos, se declarará al acusado incurso en la destitución de su empleo, conforme al artículo 60 de la Constitución”, pauta el artículo 13. El Frente para la Victoria y sus aliados cuentan con 42 de los 72 senadores nacionales.
La publicación agrega que Macri puso distancia en el pedido de juicio político impulsado por Carrió, porque en su mira está la procuradora general de la Nación. “‘Nuestra prioridad es (Alejandra) Gils Carbó’, es el eslogan de la Casa Rosada”, sostiene Perfil.com.