Hugo Cuellar se despertó para trabajar como todos los días en su campo de Burruyacu. Sin embargo, se encontró con algo sorprendente. Lo miraba y no lo podía creer, tenía el tamaño de su nieta Maia. ¡Un zapallo de más de 48 kilos!
"Fue en el cerco que está cerca del correo (el mismo que fue asaltado hace unos días), en dirección al cerro. No lo podía alzar", le comentó a LA GACETA el productor rural de 65 años.
Cuellar dijo que nunca había visto algo así: "si bien alguna vez saqué alguno de 30 o 35 kilos, este era realmente grande. Lo pusimos al lado de mi nieta para que se dimensione el tamaño".
El hombre reveló que el zapallo gigante fue vendido a una verdulería de la ciudad de Yerba Buena, donde habrá sido aprovechado para preparar unos cuantos platos de humita.