La detención de un gendarme que trasladaba en su vehículo más de 54 kilos de cocaína generó una investigación en Gendarmería Nacional, ya que se sospecha que el arrestado formaría parte de una organización que se dedica al tráfico de drogas a nivel nacional y que podría haber contado con el apoyo de sus pares.

El caso generó sorpresa en todo el país. La fuerza, a través de un comunicado de prensa, informó que en un control de rutina que se desarrollaba el miércoles en la localidad de 7 de Abril detuvo a un vehículo en el que se movilizaba una pareja.

Muy nervioso

El conductor les confirmó a los efectivos que era gendarme y que volvía de Salvador Mazza, donde había pasado sus vacaciones. Los uniformados, según consta en el informe que elaboraron, se dieron cuenta de que su par estaba nervioso, por lo que decidieron requisar el vehículo en el que se desplazaba. Uno de los gendarmes descubrió que el vehículo tenía dos tanques de nafta. Comunicaron la novedad al juez federal Daniel Bejas quien los autorizó a que lo trasladaran hasta una sede del batallón para que la requisa fuera exhaustiva, ya que sospechaban que podría llevar droga.

En el predio ubicado en Burruyacu, con herramientas apropiadas, extrajeron el “doble” tanque de nafta y lo abrieron. Allí encontraron unos 57 paquetes que arrojaron un peso de 54,6 kilos. Las pruebas de campo que le realizaron confirmaron que se trataba de cocaína.


Fuentes judiciales confirmaron que se encuentran investigando si el operativo realmente fue de rutina o si se trata de una investigación interna que derivó en su detención. Tampoco descartan que haya sido una “entregad”a por parte de sus propios compañeros.

En silencio

Pese a la gravedad del caso, los responsables de la fuerza a nivel regional decidieron no hacer declaraciones sobre el tema y sólo emitieron un comunicado de prensa. Sin embargo, fuentes judiciales confirmaron que el detenido cumplía tareas en Buenos Aires formando parte de los hombres que están desarrollando el Operativo Centinela. Se trata nada menos que el control de lo ocurre en el conurbano.

Como un correo

Los investigadores sospechan que el detenido podría estar vinculado a algún grupo narco de Buenos Aires y que su misión dentro del grupo era trasladar la droga hacia esas tierras.

El valor de la cocaína en zona de frontera es de U$S 3.500 y entregada en Buenos Aires (mínimos unos $7.000), su costo al menos se duplica, es decir, que el cargamento incautado superaría los U$S 370.000, lo que equivale a más de $6,5 millones.

Con esa cantidad de cocaína, el grupo podría haber producido más de 430 kilos (si es que la estiran ocho veces como normalmente ocurre) para vender en las calles, lo que representa más de 430.000 dosis.

Viaje en soledad

Fue llamativo que el gendarme haya decidido viajar solo por el valor de la carga que trasladaba. Normalmente, los narcos que movilizan la droga por vía terrestre lo hacen en convoy. Tienen un vehículo que va adelante, cuya función es advertir si es que existe un control y otro que actúa como custodia. En este caso, el detenido lo hacía solo.

Por ese motivo no se descarta que podría haber recibido colaboración de otros miembros de la fuerza. Sí estaría confirmado que utilizó su credencial de la fuerza para identificarse. “Tenemos que analizar qué nivel de participación tiene el gendarme en esta organización”, indicó.

El gendarme pidió declarar hoy, ya que prefería esperar que llegue su abogado de Buenos Aires. La mujer, que está embarazada y que sería oriunda de Orán, también habría decido hacer lo mismo.

Antecedentes

Ya en julio del año pasado, un efectivo que estaba destinado en la localidad salteña de Orán fue arrestado el 15 de noviembre de 2016 junto a otras personas cuando trasladaban 60 kilos de cocaína en esa ciudad fronteriza. Según la investigación, habrían ingresado la droga por una finca que tiene parte de sus tierras en el país y otra en Bolivia.

Además, en julio, cinco gendarmes fueron arrestados al comprobarse que pedían coimas a los coordinadores de tours de compras para evitar los controles en la localidad salteña de Las Lajitas. En principio, según confiaron fuentes judiciales, recibían el soborno para permitir el ingreso de mercadería, pero no descartan que hayan hecho lo mismo con los grupos narcos que operan en la zona.