El jueves, antes de que comenzara una marcha, Gladys Concha, la madre de José María Concha, policía que fue asesinado en un intento de asalto, hablaba con otras mujeres.
“¿Sabe lo que pasa? Es que cada vez que muere un uniformado salen a la luz una serie de problemas, pero nadie hace absolutamente nada para solucionarlos. ¿Y cuál es el resultado de esa desidía? Cada vez somos más las madres, esposas e hijos que venimos a llorar a la plaza Independencia”, señaló la mujer con los ojos tapados de lágrimas.
Sergio Páez González y Cristian Peralta fueron los últimos uniformados abatidos en el cumplimiento de su deber. Los familiares armaron una lista de problemas que ahora quedaron al descubierto: la falta de equipamiento o la concientización del uso de los sistemas de protección; la falta de entrenamiento para determinados casos, la notoria debilitación del servicio 911, el mal uso de las redes sociales y las fallas de las cámara de seguridad.
“Si hoy no tenemos más compañeros caídos, es por la mala puntería de los delincuentes”, analizó, tajante, Víctor Nacusse, referente de los uniformados, que desde hace años viene peleando por los derechos de sus compañeros. “Hay una fuerte necesidad de aprovisionamiento y capacitación para los efectivos, pero también se necesita que los tres poderes del Estado, especialmente la Justicia, los acompañen”, opinó.
“Llevamos años de deficiencias, que sale a colación solamente cuando fallece algún compañero. Falta mucha instrucción en la calle, hay cursos de derechos humanos y de cuestiones legales, pero no de cosas esenciales, como tiro”, dijo Nacusse.
“Hace mucho tiempo reclaman que se otorgue a los agentes un lugar para practicar tiro, ya que no todos tienen instrucción o saben cómo manejar un arma. Esa instrucción no es sólo para disparar o enfrentar a un delincuente, sino para evitar que por error se hiera a un inocente que se encuentre cerca”, añadió.
María Eugenia Peralta, prima de uno de los policías asesinados el martes en el parque 9 de Julio, fue categórica. “El personal no tiene instrucción y no están bien equipados. Los chalecos no son suficientes y se comenta que muchos están vencidos, es decir, que los hombres de la fuerza no están a salvo”, explicó a la LA GACETA.
Rodolfo Luna, ex policía que formó un grupo de vecinos en Villa 9 de Julio para combatir a los transas, no compartió esas opiniones: “el problema de la Policía no es el equipamiento ni la instrucción. El problema son los otros poderes del Estado que no los acompañan en su tarea”, comentó. “Puedo decir que hay suficiente cantidad de chalecos para todos, pero sucede que algunos no los utilizan por una cuestión de comodidad”, comentó.
El ministro de Seguridad, Claudio Maley, afirmó que el personal de la fuerza “posee el equipamiento correspondiente” y añadió: “el chaleco antibalas es sumamente necesario; es por eso que desde esta gestión se busca encargar más unidades”.
Polémico tema
“Hay que insistir en la capacitación de los policías, que está en constante avance. Tucumán tiene el equipo y los espacios que se requieren para el entrenamiento”, dijo el ministro a LA GACETA.
En las últimas semanas, desde distintos sectores, se viene advirtiendo que el servicio 911, que fue el caballito de batalla en los planes de seguridad de los últimos gobiernos está siendo debilitado por la nueva gestión del área. Este es un tema que generó polémica.
“No considero que haya un debilitamiento, pero sí creo que se debe reforzarlo”, dijo Maley. La prima de Peralta sostuvo: “el sistema sí está debilitado y por eso están creciendo los delitos. Sus miembros no están preparados para actuar en algunas situaciones. Están más preocupados de que los acusen de cometer ‘gatillo fácil’ que en protegerse”.
Nacusse dijo que el abandono del 911 se nota desde hace varios años y que en los últimos meses se profundizó. Sin embargo, Luna coincide con Maley al afirmar: “hoy el 911 se está fortaleciendo; tiene autoridades que saben lo que es ser policías y están preparados. La situación va mejorando”.
Peralta, sin saber las opiniones de los otros entrevistados, contó una situación que sirve para ilustrar lo que sucedió la noche en la que murió su primo. “El 911 sí está con menos móviles y gente. Esa noche, mi primo y su compañero pidieron apoyo a la operadora, pero nunca llegó porque no había. Decidieron actuar solos y el operativo terminó mal”, concluyó.
“Con este caso no sólo tuvimos problemas en identificar la camioneta, sino que quedó demostrado que varias cámaras de seguridad del parque 9 de Julio no están funcionando”, aseguró la fiscala Adriana Reinoso Cuello.