La noticia del fallecimiento del ex ministro fiscal Luis de Mitri generó sorpresas en el juicio por el crimen de Paulina Lebbos. Se trata del séptimo testigo que murió y que no podrá aportar sus dichos en la audiencia que, si no hay mayores contratiempos, terminaría recién en diciembre.

“La declaración del ex ministro fiscal era muy importante. Él debía explicar por qué la causa estuvo paralizada varios años cuando designó a (Carlos) Albaca para que se hiciera cargo. Él debería estar sentado a la par del ex fiscal en el juicio que se le iniciará próximamente, ya que él debió velar por el cumplimiento de los plazos procesales”, destacó Gustavo Morales, defensor de Eduardo di Lella, ex secretario de Seguridad que está siendo enjuiciado por encubrimiento.

El profesional también dijo que es importante la ausencia de Rosa Racedo, la madre de la víctima que falleció años atrás. “Ella dijo que César Soto, la ex pareja de la joven, la había matado. Creo que su declaración habría puesto incómodo hasta al mismísimo Alberto Lebbos”, señaló el defensor.

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Dos integrantes del Clan Acevedo no podrán sentarse ante el tribunal declarar por el caso porque murieron antes de que comenzara el juicio. Los nombres de Héctor Guillermo “Kin” Ramos y de Dardo Sebastián “Pelao” Acevedo aparecieron mencionados en la causa. Se pensaba que uno de los dos podría haber sido el conductor del Fiat Duna bordó que trasladó a la víctima la mañana en la que fue vista con vida por última vez.

Ramos fue asesinado a fines de agosto de 2017 en la ciudad santiagueña de Termas de Río Hondo. El hijo de Sergio “Chupete” Acevedo, ex líder de la barra de Atlético que hace menos de un mes fue condenado a 18 años de prisión por un crimen, fue golpeado por seis atacantes y recibió un balazo. Antes de huir, uno de los asesinos le rompió una botella de vidrio en la cabeza. La víctima tenía pedido de captura por robo y lesiones por violencia de género.

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En noviembre pasado, el “Pelao” Acevedo apareció sin vida en la unidad de máxima seguridad del penal de Villa Urquiza. Su cuerpo fue encontrado a primera hora por sus compañeros de cárcel y luego fue trasladado al hospital Avellaneda, donde se confirmó el fallecimiento. Las autoridades nunca pudieron explicar cómo consiguió el cinto con el que se ahorcó, a pesar de que ese elemento no debería haber estado en su celda.

Hay tres testigos vinculados a la pista Raco que no podrán contar lo que ellos saben sobre el día en el que se encontró el cuerpo de Paulina a la vera de la ruta 341. Ramón Cornelio Palacio era el delegado comunal de la villa cuando el cadáver fue hallado por los hermanos Sergio y Marcelo Goitea. Él, junto al comisario Enrique García (condenado por haber falsificado las actas del hallazgo) y otros efectivos fueron los primeros en llegar al lugar.

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El comisario Antonio Rojas era el jefe de la comisaría de Vipos. Falleció hace menos de un mes y todas las partes estaban interesadas en que diera a conocer las razones por las que no intervino en el caso. Jurisdiccionalmente, era él quien debió haber actuado y no García.

Por último, aunque no estaban en la lista de testigos que debían declarar, los operarios de la Dirección Provincial de Vialidad coincidieron en afirmar que ellos dejaron de trabajar en la zona y fueron trasladados a San Javier por orden de un jefe de apellido Sánchez. Pero cuando las partes les preguntaron dónde lo podían ubicar, los testigos dijeron que ya había fallecido.

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“Es grave el fallecimiento de los testigos porque habla a las claras de la mora judicial con esta causa en particular, pero que en realidad es un defecto congénito de la justicia penal provincial. La importancia de los testimonios ya nunca la podremos saber, porque si bien no parecieran ser testigos dirimentes, el debate oral con la contradicción y la inmediatez hace surgir muchas veces datos inesperados”, explicó Macario Santamarina, defensor de Roberto Gómez, el único imputado por la desaparición y el crimen de la joven.

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El profesional agregó: “La hipótesis acusadora postula un pacto de silencio a muchos niveles y, si esto es así, siempre está la posibilidad de que un testigo que esté presionado lo rompa. Esperemos no tener más pérdidas, no sólo por este juicio, ya que creo que la muerte de Paulina seguirá investigándose y ventilándose en otros procesos judiciales”.