A un año de la desaparición de Daiana Garnica, el caso que más conmovió a los tucumanos, familiares y amigos marcharon anoche en la plaza Independencia para pedir justicia.

Luego de 12 meses, no hay rastros ni indicios de qué puede haber pasado con la adolescente de 17 años, del barrio Julio Abraham, en Alderetes. La última vez que se la vio fue en la tarde del sábado 6 de mayo, cuando salió junto a su vecino Darío Suárez, único imputado por el caso.


"El abogado nos dijo que tengamos paciencia porque están trabajando. Ojalá esto vaya por buen camino, no perdemos la esperanza", dijo Susana Cisneros, madre de la joven desaparecida, en declaraciones a LA GACETA.

Los pesquisas allanaron la cortada de ladrillos en la que trabajaba Suárez, pero no encontraron indicios de la adolescente. Luego fueron detenidos Suárez, Juan Matar (dueño de la cortada) y el empleado Fabián “El Sapo” Pacheco. Con el transcurso de las semanas se realizaron otras ocho detenciones por el hecho.

La mujer aseguró que "la Policía de Alderetes no actuó como correspondía en su momento. Yo creo que tienen algo que ver". "Sé que Darío Suárez es el cómplice y es la sospechoso principal de haber entregado a Daiana", añadió.

Hoy, sólo Suárez sigue tras las rejas. Efectivos de diferentes fuerzas de seguridad trabajaron en el caso, pero no encontraron indicios que pudieran confirmar que Daiana fue asesinada.