LA MALBAIE, Canadá.- La cumbre de siete de las naciones más industrializadas comenzó ayer en la ciudad canadiense de La Malbaie con la bienvenida protocolar del primer ministro anfitrión, Justin Trudeau, a los jefes de Estado y Gobierno.
Trudeau los recibió en la terraza San Lorenzo del hotel sede, a unos 140 kilómetros de Quebec, al inicio del encuentro de dos días del Grupo de los Siete (G7), marcado por tensiones con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El G7 es un grupo informal que reúne a los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.
Acompañado por su esposa, Trudeau fue saludando uno a uno a los líderes, entre ellos la canciller alemana Angela Merkel, y el presidente de Estados Unidos.
La cumbre concluirá hoy y está centrada en la pugna que mantienen la Unión Europea (UE) y Canadá con Trump por la imposición de aranceles al acero y el aluminio por parte de Estados Unidos a sus socios, alegando razones de seguridad nacional.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, participará hoy en la segunda parte de la cumbre, como invitado especial debido a que Argentina preside actualmente el Grupo de los Veinte (G20).
Antes de la ceremonia de inicio, hubo varias reuniones bilaterales, entre ellas una de Trump con Macron, que tuiteó después un video donde se les ve conversando en un sofá, con la frase: “Buscando la conversación. Participar, mantener el diálogo vivo, ahora y siempre”.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que el tema que más le preocupa es que el orden internacional basado en reglas está siendo desafiado y “bastante sorprendentemente, no por los sospechosos de siempre, sino por su principal arquitecto y garante: Estados Unidos”.
“Quizás deberíamos formular un nuevo eslogan para nosotros hoy: trans-atlantistas de todos los países, uníos”, expresó, en referencia a la cooperación transatlántica de posguerra forjada entre Estados Unidos y Europa. (DPA)