El entusiasmo de Juan Cruz es contagioso. Con su acento tafinisto infla el pecho y comienza su visita guiada. “Esta casa en la que ustedes están ahora -introduce a los turistas- tiene 300 años. De la construcción original por parte de los jesuitas, en 1718, queda principalmente la capilla. Con el tiempo fue teniendo remodelaciones y ampliaciones, pero siempre respetando el estilo original, sobre todo en los techos”. Juan Cruz señala la cubierta de paja del museo, pero desde adentro se pueden ver las nubes en un valle donde siempre parece que está a punto de llover.

El guía continúa, sin hacer referencia al estado edilicio del Museo Jesuítico de La Banda, el único museo de Tafí del Valle, el principal sitio turístico de Tucumán. Mejor no mirar hacia arriba, pero sí hay que mirar hacia abajo: en algunos sectores faltan baldosas y un tropezón podría cobrarse una historia de hasta 8.000 años.

ABANDONADO. El aspecto que muestra uno de los sectores del edificio.

“En la primera sala vemos una réplica de la vivienda típica calchaquí, en forma circular. En esta segunda sala se encuentran puntas de piedra de la cultura Ayampitín, del año 6.000 a.C., los primeros cazadores y recolectores de la zona. También nos encontramos con urnas funerarias de las culturas Tafí y Santa María...”, continúa. En el museo de La Banda, entonces, se puede excavar hasta los orígenes más remotos de la Argentina. Pero acá el vértigo se produce al mirar para arriba y pensar que todo ese acervo se conserva bajo techos de paja ahora cubiertos de plásticos transparentes.

Derrumbe

El último episodio que hizo temblar al antiguo casco de la estancia que fundaron los jesuitas fue el derrumbe de una chimenea que dejó inhabilitadas dos habitaciones: lo que habían sido una sala de reuniones y el comedor principal de la casona. Pero el deterioro había comenzado mucho antes, principalmente en los techos.

“El problema acá es que nosotros no podemos poner ni un clavo sin autorización de la Nación”, explica Jéssica Yapura Astorga, secretaria de Desarrollo y Bienestar Social de la intendencia de Tafí del Valle, hija del intendente Jorge Yapura Astorga y actualmente a cargo de la Dirección de Turismo, la dependencia que gestiona a nivel local el museo.

JUAN CRUZ. El guía que acompaña a los visitantes.

El Museo Jesuítico de La Banda integra el listado de bienes protegidos por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos. Al igual que sucede la Casa Histórica y otros 46 bienes de ese inventario, cualquier refacción, cambio o mejora debe ser consensuado con ese organismo nacional y también con la Dirección de Patrimonio de nuestra provincia, que pertenece al Ente Cultural.

“Apenas conseguimos autorización de Patrimonio para colocar esos plásticos para que los techos no se siguieran deteriorando. No queda nada vistoso en un museo, pero es la única manera, porque la solución que necesitamos no llega”, reclama Yapura. Según la funcionaria, las gestiones para refaccionar el museo comenzaron con el gobierno nacional anterior. “Recién hace un año obtuvimos permiso para la reparación más básica: los techos y los muros, pero ahora el problema son los fondos. Necesitamos como mínimo entre $12 y $13 millones, para lo mínimo e indispensable. Es mucho dinero para Tafí, es el mismo monto que recibimos por coparticipación, si invirtiéramos eso no tendríamos para pagar sueldos”, agregó.

Asesoramiento

Además del dinero, la intendencia de Tafí ha solicitado asesoría especializada para las reparaciones. “Nosotros podemos poner la mano de obra de la Municipalidad sin ningún problema, pero tiene que ser bajo la dirección de especialistas de Patrimonio. Acá en Tafí tenemos gente que conoce bien el trabajo con la paja, para los techos, pero tiene que hacerse bajo una guía”, dice por su lado Luis Maza, director de Turismo de ese municipio turístico.

Buena parte del museo todavía conserva los muros originales de adobe, de entre 60 y 80 centímetros de espesor, que también necesitan de tratamientos especiales. Según ambos funcionarios, además de los arreglos básicos, se presentaron proyectos para una renovación integral de la muestra, con el foco puesto en la conservación del acervo ya que en estos momentos no tiene cuidados especiales.

HISTORIA. Una de las salas que se puede visitar.

“A uno lo que lo entristece es ir a otros lados y sentir que nos dejan de lado, que nos relegan. En Córdoba, que también integra el Camino de los Jesuitas, hicieron grandes inversiones. Acá, a nivel local, Turismo invirtió un montón de dinero en El Cadillal, que de historia no tiene nada, pero no logramos que nos ayuden con el museo nuestro...”, dispara Yapura Astorga. Maza, como tiro de gracia, sentencia: “hay una falta de interés a nivel provincial”.