El sueño loco del excéntrico multimillonario Elon Musk de hacer “turismo espacial” ha quedado este fin de semana un paso más adelante de convertirse en realidad. La cápsula Crew Dragon, de la empresa privada SpaceX (propiedad de Musk), regresó a la Tierra este viernes luego de un histórico vuelo de prueba. Estuvo en total seis días en el espacio y volvió sin inconvenientes, saliendo todo como se había previsto.
La cápsula se había lanzado el sábado pasado con un cohete SpaceX Falcon 9. Llevaba alrededor de 180 kilos de suministros para la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) y un muñeco espacial llamado Ripley, equipado con sensores en la cabeza, el cuello y la columna para registrar todo lo que una persona experimentaría durante una misión.
Musk, siempre con un guiño lúdico e intentando acercar los viajes al espacio a los humanos “de a pie”, colocó en la cápsula también un peluche llamado “Little Earth” (“pequeña Tierra”), que sirvió de testigo para indicar cuando el dispositivo entrara en la microgravedad. El peluche ya se ha convertido en un personaje en las redes sociales y quedó en la ISS, con los astronautas.
Crew Dragon volvió, entonces, sin “Little Earth” y sin los suministros que había transportado, pero sí con el muñeco que simula un pasajero. Al completar la misión, SpaceX se acercó un paso más a los humanos voladores, y terminó con la dependencia de Rusia de Estados Unidos para llevar astronautas desde y hacia la ISS. La cápsula es la primera de SpaceX diseñada para transportar humanos, informó la CNN. La NASA no ha volado con sus propios astronautas desde 2011.
Ahora, lo que sigue es analizar los datos del viaje. Si todo está dentro de los parámetros esperables, se estima que en julio SpaceX estará enviando dos astronautas al espacio, un paso indispensable para un futuro de viajes al espacio “por placer”.