Está claro que, a la hora de encontrarle una respuesta a un fracaso deportivo, es muy difícil que esta aparezca en un sólo ítem. Los procesos siempre están compuestos de múltiples aristas que hacen que funcionen como un todo. Y si San Martín no logró darle forma a su sueño de mantenerse en la Superliga, un sitio por el que luchó a brazo partido por ocupar, es simple y llanamente porque equivocó varios pasos que terminaron por consumar el retroceso a la Primera B Nacional.
El 3 de junio de 2018, el “Santo” había logrado superar a Sarmiento de Junín en la final del Reducido de la B, luego de correr desde bien atrás en aquel torneo. Fue casi una lucha contrarreloj ese ascenso y ahí puede encontrarse el primer foco de conflicto. Fue el último equipo en asegurar su lugar en la edición 2018/19 de la Superliga y el armado del plantel para disputar este torneo tuvo que hacerse mirando el reloj a cada segundo.
Así, llegaron una enorme cantidad de futbolistas (algunos con el amparo del entrenador por ese entonces y sin la convicción dirigencial que se necesita en este tipo de casos) y decidieron prescindir de varios jugadores que habían sido importantes en la obtención del boleto para jugar en la máxima categoría. Otro paso en falso.
Sagra: "siento haber cometido errores”El equipo nunca logró aclimatarse al cambio de categoría. Le costaron horrores algunos juegos y, salvo algunas excepciones, sufrió la mayoría de los partidos. Como los resultados no aparecían y con la tensión generada durante el mercado de pases, decidieron sacar del cargo a Darío Forestello. La idea del cambio no estuvo mal, pero se equivocaron en el nombre del reemplazante.
Los antecedentes previos de Gastón Coyette en Primera no eran alentadores como para encontrar la luz al final del camino. Su estilo de juego, mucho menos indicado para librar la encarnizada lucha por zafar del descenso. Salvo un puñado de victorias rimbombantes, el equipo tampoco encontró regularidad y, como si eso fuera poco, las decisiones del entrenador fueron minando el grupo humano.
Relegó referentes, inventó posiciones en casos en los que no necesitaba y dejó en el camino algunos puntos increíbles por ser testarudo en su idea y por querer morir con la suya, cuando la situación pedía otra cosa.
La liguilla del ascenso 2018 demoró la llegada de refuerzosSería injusto caerle encima a Ricardo Caruso Lombardi, que tomó la posta con la necesidad de obrar un milagro para torcer una sentencia que parecía cantada desde hace mucho tiempo.
San Martín perdió su lugar en la Superliga debido a una sucesión de errores. Será clave que en Bolívar y Pellegrini tomen nota de esos yerros para no volver a cometerlos. De esa manera, retomar el camino de los éxitos podría ser un poco más sencillo.
1. Nos prescindir de Forestello
La relación entre la CD y Darío Forestello no era del todo buena. Para colmo, durante el armado del plantel, el entrenador tomó algunas decisiones que cayeron mal. Sin embargo, se lo dejó seguir adelante con su plan. Forestello trajo muchísimos refuerzos que no rindieron (algunos casi ni jugaron). Fue la primera mala decisión.
2. Desarmar la base del ascenso
En medio del armado del nuevo proceso, Forestello decidió darle de baja a jugadores que habían sido importantes en el ascenso (caso Juan Galeano, Ismael Benegas y Walter Busse). Barajar y dar de nuevo no es lo aconsejable cuando se llega a Primera. Así, San Martín perdió tiempo de ensamble del nuevo equipo y lo pagó caro.
3. Cantidad antes de calidad
En el inicio de esta travesía, San Martín sumó 16 refuerzos y la gran mayoría no logró consolidarse. Durante el receso de verano, llegaron ocho futbolistas más y se fueron otros tantos. Finalmente, la calidad se vio en los jugadores que venían del proceso anterior, como Matías García o Lucas Acevedo.
4. La elección de Coyette
Gastón Coyette nunca debió haber llegado a San Martín. Su perfil no es para un equipo que pelea por la permanencia, mucho menos su idea futbolística. Si bien logró dos victorias importantes ante Racing y Atlético, sus números fueron determinantes en el descenso: dirigió 13 partidos, ganó sólo tres, empató cinco y perdió cinco.
5. Decisión demasiado tardía
El empate con Belgrano, en uno de los peores partidos del torneo, fue el detonante para que la CD decidiera dar por terminado el ciclo de Coyette. Esa decisión tardó en llegar. Luego de la caída en Mendoza, ya se veía que el entrenador no tenía fuerzas ni respuestas para dar vuelta la situación.
6. No les ganó a los rivales directos
Salvo a San Martín de San Juan, al que derrotó 2 a 0, gracias a dos jugadas de pelota parada, el “Santo” no pudo quebrar a ninguno de sus rivales directos en la lucha por no descender. Empató con Gimnasia La Plata, Argentinos, Patronato, Tigre y Belgrano. Si hubiese triunfado en esos duelos, la salvación no hubiera corrido peligro.
7. Perdió la fortaleza en casa
Si bien durante la primera parte del torneo, a San Martín también le costaba ganar en casa, nadie había podido cortarle un invicto que ostentaba desde la temporada del ascenso. Pero en la recta final perdió esa virtud. Llegó la caída con Newell’s y la fortaleza se vino abajo. De los últimos 15 puntos jugando como local, sólo sumó uno.
8. Llegó demasiado tarde
Los dirigentes apostaron por Ricardo Caruso Lombardi, el especialista en evitar descensos, pero lo hicieron tarde. El entrenador arribó con sólo cinco partidos por delante y la necesidad de sumar casi el 80 por ciento de los puntos. No hubo milagro. El DT logró cambiarle la mentalidad al equipo, pero no el desenlace de esta historia.