Científicas del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medio Ambiente (Inibioma), de Bariloche, identificaron un compuesto de manzanas y de ciruelas frescas para combatir la hormiga cortadora de hojas, una de las principales plagas agrícolas y forestales en las regiones tropicales y subtropicales de América. Según publicó Fruticola.com -a partir de una nota, realizada por periodistas de la agencia CyTA-Leloir-, el compuesto cuenta con un potente poder de atracción para estos insectos, lo que habilitaría su incorporación en cebos alimentarios tóxicos. El bioinsumo, llamado heptil butirato, ya se comercializa en algunos países. También se utiliza como trampa química para avispas, pues en esos insectos actúa como feromona o como mediador de mensajes.

En el caso de las hormigas, podría emplearse como alternativo o complemento a la pulpa de naranja y otros cítricos, el atrayente más utilizado en cebos, junto a insecticidas. A criterio de la investigadora del Inibioma Micaela Buteler, lo más innovador del compuesto es que se trata de un derivado natural, que se consigue comercialmente a bajo costo. “Ya existen atrayentes a base de cítricos; pero como las hormigas pueden aprender a rechazar los cebos tóxicos es necesario tener otros atrayentes para incorporar a una estrategia de manejo”, explicó Buteler.