Son el reflejo de lo que fueron alguna vez y ya dejaron de serlo. Pero también del desinterés, de las promesas vacías, que cada tanto se renuevan, pero rápidamente las disuelve el olvido. El Palacio de los Deportes es uno de los llamados elefantes blancos de la ciudad. Y aunque su inauguración en 1976 no fue venturosa, fue escenario de espectáculos que aún recuerdan las generaciones de un poco más de medio siglo. Ese mal augurio lo acompañó desde entonces.
La construcción del estadio, ubicado en el parque 9 de Julio, destinado a actividades culturales y deportivas, con capacidad para 5.000 personas, se había iniciado en 1962, pero se paralizó. En agosto de 1976, el entonces gobernador Antonio Bussi ordenó que en 30 días la obra fuera concluida por personal civil y militar. La estructura del techado de 4.000 m2 se efectuó en apenas cuatro días. Fue inaugurado el 24 de septiembre de 1976. El coliseo, en consecuencia, nació con serios problemas de acústica y otras deficiencias.
El abandono del estadio fue paulatino. En octubre de 1994 se anunció que un concesionario privado invertiría U$S 1,3 millón para remodelar y reactivar el complejo, pero nada sucedió. En 1999, en la administración del intendente Oscar Paz, una compañía propuso recuperarlo en ocho meses. El proyecto contemplaba también la erección de un centro de convenciones para 1.500 personas. En junio de 2011, un funcionario municipal anunció que la refacción demandaría una inversión de $10 millones y que esperaban reinaugurarlo en el año del Bicentenario de la Independencia.
En 2013, el entonces gobernador Alperovich declaró que estaban trabajando en un proyecto para convertir el inmueble en un microestadio, en el que se practicaría tenis, boxeo, fútbol 5 y habría espectáculos. “Se trata de un sueño que compartimos con el gobernador, de generar un lugar importante para la provincia. En esa zona, además, hay emplazada una gran hotelería, y la idea es poner cada vez más en valor todo eso”, dijo el secretario de Obras Públicas de la Nación, José López. Agregó que la obra iba a realizarse con fondos provenientes de la Nación y estimó que podía concluirse en 2014 o 2015.
En marzo de 2018, la Municipalidad capitalina informó que antes de efectuar el llamado a licitación para la remodelación del ex Palacio de los Deportes con la idea de convertirlo en un centro de espectáculos polifuncional, el proyecto iba a ser presentado en la Comisión Provincial de Patrimonio. El estadio está bajo el paraguas por la ley N° 7500, de protección patrimonial, cualquier modificación debe contar con la autorización de ese organismo. Se explicó en la ocasión que el coliseo tendría una capacidad para 9.000 personas y la pista del ex autódromo sería usada como playa de estacionamiento.
San Miguel de Tucumán carece de un estadio intermedio, como el Delmi de Salta, construido en 180 días para un Campeonato Argentino de Básquet, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, que alberga a 6.000 personas. En muchos aspectos, nuestra capital sigue siendo una veleta de promesas que invitan a soñar, pero que no se concretan. ¿Cuáles serán las razones?
Mientras tanto, este gigante de hormigón aguarda ya con escasa fe que la clase dirigente se anime a tomar finalmente la decisión de devolverlo a la vida útil para no seguir cuesta abajo, sintiendo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser.