NOVELA
LA RUTA DE LOS HOSPITALES
GLORIA PEIRANO
(Alfaguara – Buenos Aires)
Gloria Peirano es Licenciada en Letras por la UBA, con este texto obtuvo el Segundo Premio de Novela otorgado por el Fondo Nacional de las Artes.
A través de lo autobiográfico, en el que el “yo” suele descentrarse para remitir a un juego entre “yo”, “tu” y el “otro”, la voz de una madre, recuerda y da señales de algunos hechos mientras transita, cada día, con su hija, por el conurbano bonaerense. Rutas, manos al volante y voz modifican a cada paso el presente; llegar a los hospitales y partir de ellos haciendo su trabajo como nutricionista, mientras se desdoblan tiempos y espacios, para contar su vida, y las relaciones con su hija de 10 años, su copiloto.
Las rutas hacia los hospitales son los rostros del tiempo. Los conflictos, su salud, sus pérdidas llegan mediante la memoria, negándose recordar al padre de su hija, que permanece en el silencio como lo innombrable. Todo es parte del viaje diario, construyen una metáfora del ser, como una ontológica vinculación de los recorridos urbanos con la realidad del sujeto hecho de partidas más que de llegadas.
La presencia de la muerte quiebra el orden cronológico, genera en el relato una estructura con tono anticipatorio. Los personajes son parte del pasado y del futuro; hay unas rupturas temporales mientras la mujer es habitada por sus fantasmas, sus miedos. Una novela de vaticinios, que la acercan a una especie de profecía que inevitablemente se cumple.
La mirada posada en la diversidad temporal, a través de ojos frotándose, “escoltados por decenas de puntos negros” que ven una realidad fragmentada, en pedazos, pero tremendamente “real” en su entronque con lo vivido. Ojos hipermétropes, formas neblinosas de ver en la memoria: “volverse lateral”, no afrontar lo que nos mira amenazante, mediatizado por la enfermedad, entendida como un ciclo inevitable del ser que permanece negada.
Una novela armada desde el lenguaje de la mirada sobre el acecho del tiempo; una trama trazada en la frontera entre la vida y la muerte.
© LA GACETA
Liliana Massara