- ¿Cómo surgió la idea de “Salvaje federal”?
- Nosotras nos conocimos en un taller de escritura que yo coordinaba y después nos hicimos amigas. Fue en el contexto de esas charlas informales que un día Maricel dijo que su sueño era tener una librería. Y entonces Natalia contó que ella, de chica, jugaba a tener una librería. Las demás dijimos, “bueno, las apoyamos y vemos cómo seguimos”. La primera cosa que se nos ocurrió fue armar una librería itinerante. “¿Por qué no armar un book-track -dijimos- que pueda moverse por los parques de la Ciudad (Autónoma de Buenos Aires)?”. Pero después pensamos en poner una librería tradicional y buscamos un lugar. Cuando la idea tomó forma nos pusimos a pensar en cómo sería la librería y se nos ocurrió que estuviera dedicada a las literaturas de las provincias, ya que en Buenos Aires circula muy poco. Sólo se conoce lo que podemos ver en los suplementos literarios, que se pueden ocupar de algún escritor de provincia cuando está publicado por una editorial importante. De lo contrario, es muy difícil rastrear esta literatura. Entonces, nos entusiasmamos con la idea de hacer circular estas literaturas.
- ¿Qué pasa con los libros de las grandes editoriales?
- Las editoriales grandes no entran por el momento dentro de nuestro radar, porque las autoras y autores que publicamos ahí ya tenemos mucha difusión a través de sus propias vías.
Nuestro propósito es el rescate, ese es nuestro pequeño aporte a la circulación de estas literaturas menos conocidas. Después vino la pandemia y pensamos que era una buena oportunidad para reconvertirla en una librería online y cuando se pueda, sí, tener un espacio. Y la verdad que terminó siendo mucho mejor de lo que habíamos pensado, porque no sólo permitió traer esas literaturas y hacerlas circular por Buenos Aires, sino que viajen por otras regiones del país, donde tampoco se conocen.
- ¿Por qué “Salvaje federal”?
- Más allá de la referencia histórica tan conocida de “salvajes unitarios”, básicamente nuestro objetivo es ser una librería lo más federal que podamos y salvaje en el sentido de tener que ir a descubrir esas literaturas desconocidas, pero también en oposición a lo establecido, a las recomendaciones de los suplementos. Como una lectura más curiosa, arriesgada, sin tantas ataduras con el canon impuesto. La idea es construir un lector que se anime a descubrir. Tenemos muchos autores consagrados, pero sobre todo mucha literatura contemporánea nueva.
- Los nombres de las secciones (Literatura fluvial, montaraz, andina, pampeana, patagónica) hablan de una idea de literatura regional. ¿Esa es la literatura que te interesa?
- A mí me gustan las escrituras que tienen sus particularidades, no me interesan los lenguajes neutros que suele ser una tendencia hoy, pensando en que ese libro se pueda leer en cualquier parte del mundo. A mí me interesan las literaturas donde se puede ver un universo formado por el lenguaje que a veces puede dar cuenta de una región real o imaginaria. De esas particularidades hay muchísimo en las literaturas de las provincias, por eso me parece muy valioso que tengan más circulación.
- ¿Cómo llegan a las pequeñas editoriales provinciales?
- Estamos todo el tiempo buscando a través de las redes sociales, en internet. Así descubrimos una editorial tucumana, Gerania, que próximamente va estar en la librería, que es muy nueva y nos gustó mucho.
- ¿La librería se propone como un modo de intervención cultural, más allá de lo comercial?
- Sí. De hecho, la idea del espacio físico sigue en pie porque lo que queremos es que ahí se produzcan cosas. Nuestro deseo es invitar a escritores de las provincias a que brinden charlas y que ese espacio físico sirva para generar encuentros, lazos, que cuando esos escritores vengan a una feria o a un festival, tengan un lugar en “Salvaje federal”. Así que sí, excede lo comercial y tiene más que ver con la promoción cultural de esas literaturas.
- Es una toma de posición fuerte en relación al estado de nuestro campo cultural.
- Tiene que ver no sólo con una estética sino con una política. Para empezar por algo obvio: la literatura argentina está hecha con autores de provincias, más allá que Buenos Aires haya sido la vidriera. Es un poco ubicarse en los bordes y a mí me convoca desde la escritura y desde la lectura. Del Chaco me acaba de llegar un mail de un grupo de artistas que tienen una editorial, Literatura tropical, así que también vamos a tener libros de ellos. Es decir, claramente, a lo largo y a lo ancho del país se producen cosas todo el tiempo, sólo que no nos enteramos.
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