“Creo que era el momento para volver a hablar. Después de una derrota, de la manera en la perdimos, creo que era importante salir a aclarar algunas cosas”. Tras 131 días Pablo De Muner decidió romper el silencio. Está claro que necesitaba descargarse, contar su verdad, intentar que sus palabras generen un impacto positivo en el equipo de cara al final del torneo. Por eso, a través del departamento de prensa del club, llamó a una conferencia de prensa al término del entrenamiento de ayer.
Volvió a toparse con los micrófonos y no se guardó nada. Relató cada uno de los detalles que vivió durante el último tiempo y acusó que hubo personas que no lo ayudaron. “Esto comenzó en diciembre del año pasado, cuando estábamos en Salta. La gente que manejaba el mercado de pases, que es la misma que lo maneja hace varios años, iba a comprar al arquero de Estudiantes de Río Cuarto por 10 millones de pesos. Yo no estaba de acuerdo y hablé con Carlos (Cisneros); le dije que no necesitábamos eso y que no quería que gastemos esa plata en un jugador que ya teníamos. La prioridad era la de traer lo que piden todos los entrenadores, un “9” de jerarquía. Lo intentamos un montón, pero no se pudo”, explicó sobre el origen del problema, asegurando que a la CD le prometió en ese momento que el equipo iba a suplir esa carencia. “Les dije a los dirigentes que se quedarán tranquilos porque los primeros seis meses el equipo iba a marcar una diferencia por haber mantenido la base del año pasado y que íbamos a sacar una ventaja. Lo hicimos, el equipo, las primeras fechas y hasta junio, fue muy competitivo. Claro, esperaba ahí cumplir lo que había sido una condición para continuar”, detalló.
Luego del juego contra Agropecuario, justo cuando el mercado de pases estaba abriéndose, decidió callarse, con la idea de retomar el diálogo con la prensa una vez finalizado el mercado. Pero no; no hubo caso. “A partir de ahí comenzaron a decir un montón de mentiras, a faltarme el respeto desde un montón de sectores. Iba a jugar los partidos y me enteraba que decían que si no ganaba me echaban. Y nada que ver, no era así; y uno va acumulando. La última, que me dio mucha bronca porque tengo un compromiso muy grande con el club, con los jugadores y con Cisneros es que cuando íbamos a jugar el partido más importante contra Belgrano, y quisieron instalar que yo tenía todo arreglado con Defensa y Justicia. El tuit ‘no escucho y sigo’ fue por ese motivo. Estallé de bronca porque dejé pasar muchas ofertas en las que iba a ganar mucho más dinero y no lo hice porque me había comprometido con los jugadores y me parece que el compromiso también es con la gente y con el club. Acá hicimos muchas cosas en silencio”, dijo antes de resaltar que eso fue minando el campo y trayendo mayores problemas. “Por las mentiras se fue generando un odio y no está bueno eso. Yo no lo voy a naturalizar. Como club no está bueno que esas cosas sucedan. El año pasado estábamos más felices, en una situación más complicada”.
De Muner decidió defender su trabajo y se apoyó en los números que consiguió. “Desde que estoy en el club el equipo siempre estuvo en las primeras posiciones. El año pasado le ganamos a un Tigre que terminó ascendiendo en su cancha y ahora a Belgrano; equipos que tenían un presupuesto enorme. Estamos peleando, estamos ahí; es cierto que tenemos muchas materias pendientes y que hay que corregir muchísimas cosas. Pero también hay otras que están muy bien”, afirmó, antes de volver a la carga contra los que, según él, intentaron desestabilizarlo. “Desconozco por qué se dio todo esto, pero fue muy notorio. Hace tres meses, hablaron con un entrenador que, tal vez el día que me vaya, sea el DT del club”, agregó.
De Muner nunca dijo a quién iban dirigidas sus palabras. No dio nombres, pero hasta aseguró que se sintió traicionado por alguien que supo ser su amigo. “Hay una persona que salió a hablar por radio y dijo que me tenía que ir si perdía contra All Boys. Y es un tipo que era amigo mío. Le abrí la puerta de mi casa, estuvo con mi viejo, y cuando tuvo la situación complicada de su hija estuve a su lado económica y moralmente; en todo sentido. Esa gente es la que, supuestamente, quiere el bien para San Martín. Pero eso no suma”, dijo y fue un poco más allá. “Son declaraciones fuertes porque siempre me manejé con la verdad. Me han hecho cosas increíbles, cosas que nunca me habían pasado. Me tiraron un perro muerto en la puerta de mi casa y ese es el odio que se genera a través de las redes sociales”.
Por último, valoró el respaldo del club. “Cisneros siempre me respaldó. Hablo seguido y él me dio el apoyo para que hable. Yo me desvivo por lograr cosas importantes en este club, como lo hacen (Hernán) Pellerano, (Lucas) Diarte, Tino (Costa), (Hernán) Lopes o (Nicolás) Sansotre; y los nombro a ellos porque todos los clubes quisieran tener los referentes que tiene San Martín”, resaltó, dejando en claro que sus palabras ayudarán a mejorar la situación. “Esto va a descomprimir. Creo que era el momento para hacerlo. Necesitamos unirnos, ir todos para adelante. Que la gente confíe. Los jugadores, la dirigencia y yo queremos entrar en la historia del club. Tenemos que estar juntos como lo hicimos el año pasado y en el inicio de este, antes de que comiencen esos rumores y esas cosas que nos fue haciendo tanto daño”.
Más lesiones
Ulises Abreliano sufrió un golpe en el empeine del pie y sembró preocupación. Al lateral le hicieron unos estudios para comprobar el grado de su lesión. De Muner teme que sea una fisura o una fractura.