Indescifrable y desconcertante. Son dos de los adjetivos más frecuentes que algunos dirigentes de distintos espacios mencionan en relación a la figura de Roberto Sánchez. El diputado y presidente del radicalismo es el miembro de la oposición que mejor “mide” para la gobernación en la mayoría de las encuestas para las elecciones del 2023.
A diferencia de comicios anteriores, Juntos por el Cambio (JxC), armado disidente mayoritario, tiene un asunto que no ha podido resolver y que lo mantiene al borde del quiebre. Las candidaturas irresueltas son el principal intríngulis cambiemista. Hay al menos otros dos precandidatos que han manifestado su intención de ir por el mismo puesto: la cabeza del PJS y su principal rival, Germán Alfaro, y el representante de CREO, con quien mantiene buen diálogo, Sebastián Murga.
El oficialismo provincial fijó la fecha de los comicios para el 14 de mayo y esto ha precipitado los tiempos. JxC salió del letargo y comenzaron los movimientos y las idas y vueltas. El vínculo entre Sánchez y Alfaro ha tenido especial protagonismo desde que sus listas se enfrentaron en las PASO 2021 y emergieron como principales líderes disidentes. No es un secreto que ambos no congenian; que tienen estilos distintos y que no quieren, por el momento, ceder en sus intenciones gubernamentales para ir de vice del otro. A poco más de 180 días de las elecciones, son muchos los propios y ajenos que se preguntan ¿qué pasa por la cabeza de Sánchez?´
Una figura diferente
Sánchez es un “outsider” de la política y puede que esa característica sea su mayor fortaleza y su principal debilidad política, según interpretan múltiples actores ¿Por qué? Porque la gente, que está cansada y enojada con los políticos tradicionales, no lo percibe del todo como un político. Además, no cuenta con el estrés del dirigente que debe ir a pelear un espacio: a él fueron a buscarlo para que entre en la actividad. En cuanto a la debilidad, tiene que ver con que le toca conversar y negociar con dirigentes muy avezados y que conocen todos los vericuetos de la profesión. Esa relativa “inexperiencia” le trajo varios inconvenientes.
Hay algunas percepciones positivas sobre él que son unánimes, más allá de los colores políticos: que tiene templanza y que es honesto, inteligente, trabajador, tenaz, mesurado y sencillo. Muchos de los consultados aseguran que su gestión como intendente fue sobresaliente.
Lo califican como un “perro verde” en el mapa dirigencial local que cuenta con buena aceptación entre la ciudadanía que adhiere a la oposición. Descendiente de inmigrantes españoles que se dedicaron a la agricultura, cuentan sus allegados que tiene marcados a fuego los valores del esfuerzo y la austeridad. Ingeniero agrónomo de profesión, es empresario y productor de papa. La popularidad le llegó como deportista, gracias al rally. Estuvo a la cabeza de organizaciones provinciales y nacionales vinculadas con sus actividades. Su incursión en la política data de 2011, cuando fue elegido legislador. En el radicalismo cuentan que fue el ex diputado y ex senador José Cano quien pensó en tentarlo. El emisario, recuerdan en la UCR, habría sido el legislador Raúl Albarracín, hoy uno de sus principales contendientes en Concepción. Ya instalado en el radicalismo, en las elecciones siguientes fue consagrado para su primera intendencia. Fue reelecto en 2019, pero no terminó ese mandato porque, ya lanzado para la gobernación, partió a la Cámara de Diputados.
Ese cambio fue una doble muestra de su carácter. Por un lado, ningún político comprendía cómo podía dejar la estructura de una intendencia para trabajar en Buenos Aires. En la dirigencia mencionan que mudarse al Congreso y, particularmente a la Cámara Baja, es para quienes no tienen apetencias provinciales, es como un “freezer político” en el que se pasa a ser uno entre cientos. Él sostuvo públicamente que la decisión era más responsable y estratégica porque, como parlamentario, tendría más tiempo para recorrer Tucumán sin descuidar las demandantes funciones de un organismo ejecutivo. Prometió que asumiría y lo hizo. Por el otro lado, la decisión fue parte de un plan que trazó y cumplió a rajatabla: como ingeniero, los pasos de un proceso son clave. En su ruta hacia la Casa de Gobierno estaban fijadas como paradas necesarias ser diputado y luego, presidente de la UCR. A esta segunda instancia también la alcanzó.
Normalizar al radicalismo le generó dolores de cabeza y conflictos internos. Si bien atrajo a sectores que estaban dispersos, los cuestionamientos todavía bullen entre los correligionarios por cómo se negociaron los espacios partidarios. Lo apoyan, pero no comparten del todo sus decisiones. Afirman en sus alrededores que si bien estas pujas lo agobian, estaban en sus previsiones.
Está enfocado en ser gobernador y ya prepara su lanzamiento oficial. En su equipo consignaron que será “pronto”. Aseguran que está firme en “no dejarse apurar” en el camino, para llegar a un acuerdo o bien, participar de una posible interna. La prioridad, asegura en público, es que las postulaciones se definan de acuerdo a los parámetros fijados por la mesa nacional de JxC: por consenso o por encuestas (esto lo beneficiaría) ¿Estaría dispuesto a ir de vice de Alfaro? es poco probable, consignan en su línea. En cuanto a unas primarias, afirman, las admitiría sólo si son abiertas, para que participen no sólo los afiliados de los partidos del armado sino también los independientes. No les convence la propuesta de Alfaro de que sean cerradas, porque temen el peso del “aparato” capitalino.
¿Cómo está conformado el sanchismo? Su principal aliado e impulsor es el intendente de Yerba Buena, Mariano Campero. Sería, de hecho, su compañero de fórmula si se rompe JxC. En el espacio están los otros dos jefes municipales cambiemistas: Sebastián Salazar (Bella Vista) y Alejandro Molinuevo (Concepción). En la Capital, los aliados son la ex senadora y vicepresidenta radical Silvia Elías y el legislador y candidato a intendente, José María Canelada. Cuenta con el aval de otros partidos que forman parte de JxC. En cuanto a la dirigencia nacional, recibió la “bendición” institucional de Gerardo Morales. Es cercano, además, a Alfredo Cornejo y Alfonso Prat Gay.
¿A dónde va Sánchez? La mención obvia es que hacia la gobernación como destino a mediano plazo. En cuanto al corto plazo, es un poco más compleja. Inclusive en su entorno más amplio y sus socios políticos no tienen una respuesta clara. Insisten en que por momentos sus acciones los desconciertan. No tienen certeza respecto de su agenda ni de que cumpla las estrategias acordadas. Llamó la atención de sus aliados, por ejemplo, que participe de actos de sus posibles contendientes comarcanos en sus ciudades.
Internos y externos
Como toda figura en alza, sus detractores abundan. Las críticas vienen tanto de adentro como de afuera de su partido. Entre las apreciaciones negativas están que sería cerrado, caprichoso, influenciable, calculador y poco locuaz. El entorno más inmediato se lleva muchos de los cuestionamientos.
Si bien hay radicales que se alinearon a su postulación, hay otros que no están convencidos de que tenga la “capacidad de liderazgo” ni la “pericia” para llevar adelante los desafíos de afrontar primero a Alfaro puertas adentro y después, al oficialismo provincial.
Los correligionarios que más lo conocen opinan que se manejaría como empresario y que apostaría a su nombre como una “marca comercial”. Añaden que no se interiorizaría en el trabajo territorial, en el armado y que no tendría habilidades para la “rosca”. En Concepción, hay radicales y peronistas que advierten que no cumpliría con los “acuerdos”. Hay quienes sospechan que tendría trato directo con el gobernador Osvaldo Jaldo y que por ello no sería tan crítico de la gestión. Ese fantasma fue alimentado por la propia Casa de Gobierno, porque le conviene, luego de la reunión de la que participó acompañando a los intendentes de JxC.
En el alfarismo, explican que tienen una incompatibilidad “de piel” con Sánchez, porque no lo consideran un político tradicional, creen que comenzó tarde en la actividad y que no tiene la “vocación” suficiente. Afirman que tiene la tranquilidad de quien no necesita la política - la política lo necesitó a él- y que por eso podría parecer demasiado parsimonioso. Apuntan a que no es claro en sus definiciones y que será complicado llegar a un acuerdo.
En el oficialismo provincial consideran que es un rival de cuidado, porque es diferente a los habituales. Si bien eligieron confrontar con Alfaro, a quien ven como un dirigente con armas similares a las propias, miran de reojo cómo crece la buena imagen de Sánchez. Buscaron, sin resultados, algunos puntos débiles para “atacarlo”. Consideran, sin embargo, que no cuenta con recursos ni con armado político como para imponerse en las urnas. Especulan con que JxC acordará a último momento o bien, se romperá y esto diluirá aún más cualquier chance de superar a Jaldo.
Políticos de trayectoria analizan a Sánchez como una incógnita y tienen una explicación. Lo que descoloca a propios y ajenos es que no piensa como político y que por eso no pueden “leerlo” ni prever sus jugadas. Insisten en que ese es su mayor capital en un terreno hostil.