La Organización Mundial de la Salud (OMS) fue fundada el 7 de abril de 1948, y para conmemorar esa decisión, todos los años en esa fecha se celebra el Día Internacional de la Salud, enfocado en cada ocasión en un problema específico, con el objetivo de concientizar sobre la importancia de tener derechos e igualdad para el acceso a atención sanitaria.
En esta oportunidad, el lema elegido ha sido “75 años mejorando la salud pública”, dado que es el tiempo transcurrido desde su creación y con la mira puesta en centrarse en el camino hacia el logro de la “Salud para todos”, objetivo planteado para el evento.
Cada aniversario es entendido como una oportunidad para mirar hacia atrás a los éxitos de salud pública que han mejorado la calidad de vida durante las últimas siete décadas, con el propósito fundacional de mantener el mundo seguro y servir a los vulnerables.
Según la OMS, la salud se define como el estado de bienestar físico, mental y social, y no sólo como la ausencia de enfermedad. Siguiendo este concepto, la prevención es el proceso que permite a las personas un mayor control sobre su vida y mantenerse sanas más tiempo. Esto incluye fomentar cambios de todo tipo, que ayuden a promover y a proteger la salud, en especial teniendo en cuenta que las enfermedades crónicas no transmisibles son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo, concepto que refiere a un grupo de patologías que no son causadas por una infección aguda y que dan como resultado consecuencias a largo plazo, con la necesidad de tratamiento y cuidados especiales.
“Es de gran importancia realizar controles de salud en pos de gozar de una mejor calidad de vida y tomar conciencia de la detección de enfermedades a tiempo”, explica la doctora Valeria El Haj, directora médica nacional de la obra social de la Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles. En ese sentido, se remarca que existen tres niveles de prevención, según el momento de la historia natural de una enfermedad en el que se realicen las actividades adecuadas:
- Prevención primaria: está dirigida a evitar la aparición de una enfermedad o problema de salud, mediante el control de los agentes causales o los factores de riesgo. Este nivel siempre se implementa en personas sanas y ejemplos de prevención primaria son las vacunas, campañas de seguridad vial a fin de evitar accidentes, control de los factores de riesgo cardiovascular, promoción de hábitos saludables de vida, etcétera.
- Prevención secundaria: son las medidas dirigidas a retrasar o detener el progreso de una enfermedad en su inicio (cuando el paciente no sabe que la tiene), mediante el diagnóstico y tratamiento precoz, como puede ser la mamografía en el cáncer de mama o la colonoscopía para el cáncer de colon.
- Prevención terciaria: están dirigidas al tratamiento y/o a la rehabilitación de una enfermedad que ya fue diagnosticada, para mejorar la calidad de vida y acelerar la reinserción social de las personas. Este caso se puede ver en el ejercicio progresivo y supervisado en personas con problemas cardíacos, abandono del hábito tabáquico ante diagnóstico de EPOC o rehabilitación motriz de quien tuvo un ACV.
El Haj destaca que es necesario remarcar la importancia de los controles periódicos para identificar mediante el examen físico, estudios diagnósticos e intervenciones en el estadio más temprano de la enfermedad. Con ello, se obtiene mejor calidad de vida.