Balean a un joven y apuñalan a otro para robarles

PARADA. La esquina de México y Castelli, donde asaltaron a un joven. PARADA. La esquina de México y Castelli, donde asaltaron a un joven.

“Todo lo que sé es que cuando salí vi a mi hijo ensangrentado en la vereda”, indicó el padre de Carlos Alberto Morales, el hombre de 29 años que fue baleado ayer por delincuentes que le arrebataron una mochila en el barrio Echeverría. En la puerta del hospital Padilla, los familiares del herido aceptaron hablar con LA GACETA, pero pidieron que se preserve sus nombres por miedo. De hecho, agregaron que temen querellar en el caso y que dejarán todo en manos del Ministerio Público Fiscal, que investigará el caso de oficio. En menos de cuatro horas hubo dos víctimas de robo heridas con armas en apenas dos cuadras.

Morales ingresó al nosocomio debido a la herida de un proyectil que aparentemente le afectó un pulmón y terminó alojada en su columna. El primer parte médico que le dieron a la familia fue desolador; sin embargo al mediodía los profesionales les informaron que la víctima estaba mostrando mejorías y que por el momento estaría estable.

El padre de Morales explicó que su hijo volvía en moto de jugar al fútbol cuando lo atacaron en la esquina de México y Castelli, cerca de las 0.30 de ayer. La víctima ya estaba cerca de su casa, por lo que su familia fue avisada por los vecinos y se presentó rápidamente para trasladarlo a un hospital. “Él hace artes marciales, supongo que le dispararon porque se resistió, o porque habrán sabido que sabía defenderse”, señaló el padre del herido.

Horas antes hubo otro ataque a pocos metros del lugar donde hirieron gravemente a Morales. Según se informó, Matías Gonzalo Giménez, de 29 años, caminaba por calle México cuando, al llegar al cruce con avenida Ejército del Norte, fue interceptado por dos asaltantes que se movilizaban en una moto. La víctima manifestó que iba caminando con su celular en la mano cuando vio que un joven se le abalanzó con una punta y le provocó un corte en el cuello. En el acto el agresor le quitó el teléfono y volvió a subirse a la moto para escapar junto con su cómplice. Algunos vecinos auxiliaron a Giménez y lo trasladaron al hospital Centro de Salud, donde le realizaron curaciones. Afortunadamente las lesiones solo serían superficiales y el joven estaría fuera de riesgo.

En el barrio Echeverría, la sangre de Morales ya había sido limpiada, pero los testigos afirmaron que el refugio de la línea 8, de la esquina de México y Castelli, había quedado todo manchado. “Me enteré de todo hoy, según dicen los vecinos al chico lo atacaron un hombre y una mujer”, le contó Emilio Arancibia a LA GACETA. El hombre, que vive desde 1955 en el barrio, aseguró que Morales y su familia son muy queridos en el vecindario. “Es una lástima que el barrio ya no sea como era cuando yo era chico. Aún veo chicos jugando en las calles, pero arrebatos hay todo el tiempo; esta vez fueron demasiado lejos: dispararon a matar”, agregó.

Virginia Martínez agregó que no sólo la calle es peligrosa. “El viernes escuchamos varios tiros. Unos ladrones entraron a robar a la casa de un vecino de acá a la vuelta y el dueño de casa los echó a tiros. Parece que no hubo heridos, pero intercambiaron varios tiros”, detalló la mujer. “Aquí los ‘choros’ suben a los techos y así entran a los patios para llevarse lo que la gente deja a mano. A veces por falta de espacio la gente deja el lavarropas afuera, por ejemplo, y un día despertás y descubrís que te lo robaron”, añadió.

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