San Martín de Tucumán: otro golpe de nocaut y el tren del ascenso se aleja

Goleado por un adversario que sólo aspira a salvarse del descenso, el equipo dejó una certeza: es difícil jugar peor.

ASÍ MARCARON LOS LOCALES. Emiliano Romero y Rodrigo González le cierran el camino a Nahuel Banegas. El lateral no incidió en ofensiva y San Martín lo sintió. Brown planteó un partido inteligente. Fotos de Maxi Jonas - Especial para La Gaecta ASÍ MARCARON LOS LOCALES. Emiliano Romero y Rodrigo González le cierran el camino a Nahuel Banegas. El lateral no incidió en ofensiva y San Martín lo sintió. Brown planteó un partido inteligente. Fotos de Maxi Jonas - Especial para La Gaecta

Puerto Madryn se encuentra en plena temporada alta para los turistas que llegan a la “perla del golfo” con el avistaje de ballenas como atracción principal. No se los vio en el estadio ayer; se nota que el fútbol de la B no los entusiasma tanto como una aventura en el mar. Y hablando de avistajes, el contundente 3-0 que le propinó Guillermo Brown en la fría y ventosa tarde de domingo dejó a San Martín complicado, aturdido y avistando (únicamente) un frente de tormenta en la Primera Nacional.

El “Raúl Conti” es un estadio modesto, de tribunas bajas y abiertas, en las que el viento no da tregua prácticamente en ningún momento. Eso lo sufrió el “santo”, que no había terminado de acomodarse en el campo y ya perdía 1-0. Tras un rechazo de Franco Meritello, la pelota quedó detenida en el aire y Maximiliano Luayza tuvo la virtud de capitalizarla para filtrarse en el área (ante una pasividad increíble de la zaga visitante) y sentenciar a Darío Sand.

Las ráfagas de viento, que ayer llegaron a casi 60 kilómetros por hora, le jugaron una mala pasada al “santo”. Pero nadie puede ponerlo de excusa, mucho menos tratándose de la peor derrota en lo que va del ciclo de Pablo Frontini.

San Martín no hizo nada en Puerto Madryn. El equipo se dedicó a ver qué pasaba, se mostró perdido, sin ideas ni respuestas y fue superado y goleado por un rival tan modesto como amenazado por el descenso, que en los últimos 10 partidos sólo había conseguido una victoria.

“Pensaba que era algo pasajero, pero hoy me preocupa porque ya son varios partidos en los que no estamos bien”, dijo Frontini antes de marcharse decepcionado de la ciudad de las ballenas y de los lobos marinos. Y no es para menos.

El “santo” mostró la peor cara en mucho tiempo:

- Corrió siempre desde atrás.

- Fue superado en cada rincón del campo.

- No tuvo conexiones.

- Falló en todas las disputas.

- No logró poner a sus delanteros de cara al arco adversario.

- Mostró una flaqueza defensiva que asusta.

- Sumó el tercer partido consecutivo sin ganar (la peor marca con Frontini como DT; en dos ni siquiera marcó goles).

- Sufrió la novena derrota en lo que va del campeonato y la cima de la zona A parece quedarle cada vez más lejos. Al contrario, ahora mira por el retrovisor y reza para que los que vienen detrás no lo sobrepasen.

Fueron dos golpes al mentón los que dejaron a San Martín fuera de partido antes de los 25 minutos. Al gol de Luayza a los 3’ se le sumó el de Tomás Assennato a los 22’ (debió ser anulado por una trompada de Martín Pino a Nahuel Banegas). Después de eso hubo fiesta en el estadio. La fiesta de la “banda” que se floreó.

Si el esquema inicial no rindió los frutos esperados, los cambios de Frontini no lograron maquillar una derrota que hace temblar la estantería en La Ciudadela y que fue más dura porque Julio Rodríguez marcó el 3-0 sobre el final.

El golpe es duro y obliga a parar la pelota, hacer un mea culpa e intentar que el equipo retome cuanto antes el rumbo en esa carretera de la que se salió hace algunos partidos.

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