Detienen a un policía por relación con un grupo narco

El efectivo quedó arrestado días antes de que comience a ser juzgado por la sedición policial. Habría trabajado para el clan Caro

EN EL BANQUILLO DE LOS ACUSADOS. Los miembros del clan Caro que fueron condenados por tráfico de cocaína en 2016. EN EL BANQUILLO DE LOS ACUSADOS. Los miembros del clan Caro que fueron condenados por tráfico de cocaína en 2016. La Gaceta / foto de José Nuno

El lunes a las 8 se comunicó con el oficial de turno de la comisaría de Aguilares para informarle que tardaría en llegar a su puesto de trabajo porque había sido citado por la Justicia Federal. Al pasar las horas y al no haber novedades suyas, sus superiores comenzaron a realizar averiguaciones. Así descubrieron que el agente de la fuerza había sido detenido por una causa de drogas por la división Antidrogas de la Policía Federal. Inmediatamente fue puesto en disponibilidad. Nadie a ciencia cierta puede determinar cuáles serán las consecuencias de este arresto.

Richard Leopoldo Nadal (de 37 años) tenía el cargo de agente, pero era conocido por sus compañeros por dos razones. Por sus posibles vínculos con un condenado por narcotráfico y por haber sido acusado de pertenecer al grupo de uniformados que protagonizaron la sedición policial que provocó los saqueos de diciembre de 2013. Su nombre, según informaron fuentes judiciales, aparecería en causas de drogas de 2008.

En la Policía, de acuerdo al expediente judicial, prestó servicios en la Dirección General de Drogas Peligrosas, en la seccional 5a, en la comisaría de Amaicha del Valle, en la Brigada de Investigaciones Oeste y en Aguilares. Justamente, cuando estaba afectado a la división antinarcóticos de la fuerza, quedó involucrado en la causa por la que terminó siendo detenido.

Relaciones

El agente estaba involucrado con Domingo Alberto Caro, uno de los narcos de mayor renombre en la provincia, o al menos, es el que más condenas recibió en los últimos años por transportar droga en grandes cantidades. En octubre de 2015, recibió una pena de ocho años por este delito. El fiscal Pablo Camuña lo acusó de ser uno de los proveedores de cocaína de redes narcomenudeo de La Matanza, provincia de Buenos Aires. En el juicio que se hizo en su contra se ventiló que el grupo que lideraba podría haber trasladado hasta 300 kilos de esa droga cada 15 días.

Lo curioso de este caso es que nunca le encontraron drogas, pero los investigadores sumaron importantes evidencias a través de escuchas telefónicas.

“Nunca escuché que un grupo hablara con tan poco cuidado, tan abiertamente”, esgrimió Camuña. Según se pudo saber, en una de las últimas investigaciones que llevó adelante la Justicia Federal, hallaron hasta 30 formas diferentes de mencionar a la droga que no eran las que se utilizan en la jerga.

Poco tiempo después, Caro fue condenado en un juicio abreviado a cuatro años de prisión. En esta oportunidad, fue por una carga de marihuana ubicada descubierta en Santiago del Estero. Además, tiene un proceso abierto en Catamarca, en el que estaría involucrada su esposa.

Nadal, según trascendió, habría aportado lugares para recibir la droga y logística -especialmente seguridad- a la banda liderada por Caro.

Sorpresa

La detención también generó sorpresas en la justicia ordinaria. Nadal es uno de los más de 30 efectivos que serán enjuiciados por la sedición policial. Según la acusación de los fiscales Adriana Giannoni (ya jubilada) y Diego López Ávila, el uniformado estuvo entre los revoltosos. Él, en su descargo, indicó que sus superiores lo habían enviado a ese lugar para que informara quiénes eran los que se habían plegado a la huelga, pero esa versión fue rápidamente descartada por cuadros mayores de la fuerza.

Su detención se concretó a menos de un mes de que se inicie el juicio -comenzará el 5 de septiembre- en contra de los uniformados que, según la acusación, liberaron la zona para que se registraran los saqueos. “La gran pregunta es cómo hizo este hombre para seguir formando parte de la fuerza con semejantes antecedentes”, indicó un comisario en actividad. Legalmente, los uniformados permanecen separados de la fuerza hasta que se resuelva su situación procesal. Pero si en un plazo de dos años no se resuelve, deben ser reincorporados al servicio activo.

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