La conciliación obligatoria dictada por el Gobierno no sirvió para frenar el enojo de buena parte de la docencia tucumana. Miles de trabajadores de la educación de toda la provincia marcharon ayer desde avenida Salta y Santa Fe hacia Plaza Independencia para pedir mejoras salariales y también en las condiciones laborales.
Según las estimaciones de las organizaciones docentes, el acatamiento en las escuelas públicas fue de más del 95%, mientras que en los colegios privados superó el 70%. Los únicos gremios que no se sumaron a la medida de fuerza fueron la Agremiación del Personal Docente de Enseñanza Media y Superior (Apemys) y la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET), cuyos referentes aseguraron encontrarse cerca de llegar a un acuerdo paritario.
“Necesitamos mejorar nuestro sueldo y nuestras condiciones laborales, estamos luchando por nuestros derechos. No es un capricho, es una necesidad que tenemos todos los docentes tucumanos. Estamos unidos más que nunca, y vamos a seguir adelante”, sostuvo Hugo Brito, secretario general de ATEP.
“No han escuchado a la docencia. Les decíamos que los docentes estaban enojados, ya sabían que esto iba a ocurrir. No nos escucharon, y estas son las consecuencias de una propuesta que no satisface para nada a ningún docente”, disparó Daniel Vizcarra, secretario general de la UDT, quien, al igual que Brito, afirmó estar “dispuesto al diálogo”.
Teresa Hernández de Ramayo, referente de Sadop, aseguró que “el hecho de que se haya amedrentado, que se haya dictado una conciliación obligatoria para impedir esto precisamente, ha generado un rechazo en la docencia muy fuerte. La propuesta salarial es inaceptable, no es capricho”, puntualizó.
En primera persona
Más de 10 colectivos, con docentes de distintos puntos de la provincia, llegaron durante la mañana a la Capital tucumana para sumarse a la manifestación. Cada uno, con su historia particular, aunque todos con el pedido uniforme de una mejora salarial.
“La billetera de los docentes no tiene nada, no podemos ni siquiera llegar a fin de mes con dos trabajos”, sostuvo Mario, un docente que contó, trabaja en la escuela Alfonsina Storni de Las Tipas y también en una escuela de Aguilares. “Me siento totalmente desamparado económicamente, y esto se va agravando cada vez más”, agregó.
Mario contó que, además de sus dos trabajos como docente, tiene un oficio extra para poder generar mayores ingresos. “Yo me dedico a la pintura, estoy haciendo trabajos de pintura los fines de semana para poder llegar a fin de mes”, reveló. “El trabajo que tenemos como docente es muy sacrificado y poco valorado, por la sociedad y por el Gobierno; uno sale de trabajar, llega a casa y sigue trabajando”, dijo.
“Estamos trabajando a pulmón, lo que el Gobierno nos da y nos está ofreciendo no nos alcanza. Deberíamos cobrar mínimo $ 260.000 de cargo testigo, y un básico de $ 95.000”, manifestó María Medina, docente que trabaja en una escuela de Monteros.
“El sueldo que plantea el Gobierno no nos alcanza para viajar a las escuelas, para dar de comer a nuestros hijos; vivimos de las tarjetas, de los préstamos. El Gobierno sostiene un porcentaje mentiroso, plantea un porcentaje por el cual ellos no vivirían”, cuestionó la docente.
Marcela, docente de la escuela Provincia de Santa Fe, en El Colmenar, puso en discusión también las condiciones edilicias de las escuelas. “Se están cayendo paredes que rodean a la escuela; los chicos no pueden circular por esas áreas, y el Ministerio lo único que hace es ir, sacarse fotos, hace tres años”, disparó.
También, por supuesto, se refirió a los sueldos, y a las amenazas de las autoridades provinciales con imponer sanciones. “Estoy trabajando cinco horas por la mañana, y paso a un colegio en el que también trabajo cinco horas, por la jornada extendida; es bastante complicado, recién nos depositan el 10, con todo vencido ya. Estamos haciendo un esfuerzo para llegar hasta acá”, planteó.
“Nos molesta también que publiquen que nos van a amedrentar, que nos van a descontar. ¿Por qué tenemos que estar en un estado de sumisión? La única manera de que nos entiendan y nos escuchen es protestando, y nosotros lo hacemos de manera pacífica”, denunció Marcela.