Un día Carlos Bilardo quiso ser Presidente de la Nación. No había PASO en 2001. No había modo de que la gente eligiera entre él… o César Menotti, por citar un duelo clásico de nuestra historia futbolera. “El Doctor” quería presentarse en las elecciones de 2003, que terminaron dándole el triunfo a Néstor Kirchner. Un buen día, la zona del Congreso, en Buenos Aires, apareció llena de afiches blanco y negro. Decían: “Bilardo presidente, todo a pulmón”.
Según cuenta una crónica del colega Andrés Burgo, Bilardo salía casi de medianoche, terminado su programa en Radio La Red, para acompañar a los pibes que pegaban los afiches. Sugería cómo y dónde ubicarlos. Daba una vuelta manzana y veía cómo quedaban. Una noche se produjo un incidente con empapeladores que colocaban sus afiches sobre los de Bilardo. Al DT campeón de México 86 lo terminaron salvando camioneros recolectores de basura que pasaban por la zona.
Ya había fundado el Partido de la Unidad (UNO) junto con el abogado Denis Pitté Fletcher (juntos en la foto), ex miembro de la Ucedé neoliberal de Alvaro Alsogaray. Se lo había presentado José De All, dueño de Medicus y diferentes sanatorios, como el Otamendi, que había sido su profesor en la Facultad de Medicina. Celebró almuerzos con Patricia Bullrich y Roberto Cachanosky, entre otros. El lanzamiento fue en la confitería La Ideal, en Suipacha y Corrientes. Primero de enero de 2003 a las cero hora. Le dijeron que a esa hora no iría nadie, que todos estarían celebrando el año nuevo. Pero no. Hubo mucha prensa. Y Bilardo, fiel a su estilo, presentó “el primer partido del milenio”.
Lo definió como un partido de “centro”. Llegó a decir que Diego Maradona podría sumarse como ministro. Juntó luego 4.000 firmas en las canchas para ser aceptado como partido por la Justicia Electoral. Pedía firmas en la radio. Y hasta puso una mesa con dos sillas en Lavalle y Florida, pleno microcentro porteño. Viajó a distintas provincias. En sus discursos mezclaba deporte y política. A Pitté Fletcher le golpeaba la puerta de su habitación de madrugada. “Denis, se me ocurre tal cosa”.
Pitté Fletcher hablaba de “liberalismo nacional”, proteger los derechos individuales, respetar la Constitución, proteger la industria y aumentar las penas en el código penal. Seguridad y economía. Bilardo recordaba que en primer año de la escuela secundaria integró la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), peronista. Y que iba a discursos de Juan Domingo Perón. Se definía “centrista y peronista” en algunos lugares. “Peronista de Perón” en otros. Y decía que, como en su fúbol, a cada empresa estatal le pondría “un stopper”. “Vos, empresa, decime: ¿qué hiciste por el país? Dejame estudiarte a ver qué hiciste estos últimos diez años. Pum. Chau”.
El proyecto naufragó por falta de apoyo económico y porque a Gloria, la esposa de Bilardo, no le gustaba la idea. Muchos ya habían dado igualmente su opinión sobre el Bilardo candidato a presidente. “La política -ironizó por ejemplo Menotti- es generosa si lo saca a Bilardo del fútbol”. Hoy no tenemos fútbol. Es día de votaciones.