Por Fabio Ladetto
23 Agosto 2023
ABAJO DEL ESCENARIO. Cristina Idiarte es una de las responsable de encarar los diálogos con los elencos de obras en comperencia en la Fiesta. Foto de Silvano Gorrin - @cristinaidiartei
Una obra artística encierra mucho más de lo que se ve. Toda creación es el resultado de un proceso de meses (o más tiempo, según los mecanismos empleados). De lo expuesto a la mirada externa del público se podrán sacar conclusiones (que van inevitablemente más allá de los gustos individuales o las posiciones colectivas), pero suele ser fascinante conocer los entresijos y desarrollos que han intervenido hasta el montaje final de una obra teatral, por ejemplo.
Como práctica habitual en numerosos encuentros teatrales, el segmento de las devoluciones es rico y sustancioso para comprender la magnitud del trabajo realizado. En la Fiesta Provincial de Teatro que organiza la delegación local del Instituto Nacional de Teatro y el Ente Cultural de la Provincia, este espacio está activo con la intervención de dos teatristas del Norte Grande (con experiencias afines a prácticas regionales): el correntino Mauro Santamarina y la salteña Cristina Idiarte, actriz, docente y directora con quien conversó LA GACETA.
- ¿Qué implica cumplir con esta función con colegas?
- Me parece un enorme desafío y también una responsabilidad que agradezco desde ya. Poder analizar con compañeros esa zona de confluencia entre la práctica y la teoría, influenciados siempre por lo que nos sucede. Siempre es una alegría el encuentro, sobre todo porque el desmontaje es una forma de hablar de otros temas que nos atraviesan como comunidad teatral, ese diálogo tan necesario en estos tiempos.
- ¿Es una responsabilidad especial teniendo en cuenta la sensibilidad del artista?
- La necesidad de reflexión sobre las prácticas teatrales nos convoca, un análisis sobre la realidad política, económica, social e histórica es siempre una responsabilidad, cada vez más. Me acuerdo que hace un tiempo esta zona de análisis la realizaban los periodistas de espectáculos, lo cual dejaba un poco de lado el análisis profundo de los integrantes del quehacer teatral. Celebro que el INT coloque a los realizadores teatrales en ese lugar para poder superar ese diálogo que quedaba corto para un análisis más integral, mas enriquecedor y, sobre todo, más propio.
- ¿Qué mirás al ver una obra?
- No es una evaluación, es una forma de promover un diálogo productivo entre la teoría y la práctica teatral; desmontar una obra implica una revisión de los procedimientos e instrumentos que se utilizan: la elección de poéticas dramatúrgicas, las herramientas con que cuentan los creadores, el proceso. Esto sirve de fundamento para reflexionar sobre la práctica escénica pero también permite revisar poéticas a lo largo de la historia con la mirada en el presente.
- ¿Cuáles son los ejes que más te interesan desarrollar en cada devolución?
- El eje más importante es el proceso creativo, este tiene una doble articulación entre lo teórico y lo práctico. Por un lado, combina la pluralidad de dramaturgias, y por otro, analiza las obras como una forma de desentrañar procedimientos que conducen a determinadas poéticas.
- Una cuestión que siempre tenemos en cuenta los periodistas al escribir un artículo es que debemos hablar de la obra que vimos y no de la que hubiésemos querido ver. ¿Estás de acuerdo o hay algo de vos como actriz y directora que se cuesla?
- Siempre es lo que es. A partir de ese instante en que lo efímero se vuelve real comienza la mirada, hay algo que se cuela siempre, pero no en el sentido de evaluar que habrá hecho yo, sino tratar de entender el procedimiento, la fábrica, la cocina de una obra. Es fascinante.
- ¿Cómo está funcionando el teatro en Salta en este momento?
- Si hablamos desde lo creativo, Salta está en un proceso muy interesante, hay un gran recambio generacional y sostiene nuevas búsquedas que tienen que ver con lo propio. A pesar de las políticas culturales públicas inexistentes se sigue abriendo paso y sostienen una cartelera prolífica. Esto hace unos años era inexistente, hay un desarrollo de la actividad que claramente tiene que ver con la fuerza y lo pujante de la comunidad teatral en sí, que está ávida de encontrar en el proceso político y económico de Salta un lugar donde se garantice y reconozca este crecimiento. El INT sigue siendo unos de los pocos, sino el único, generador de políticas culturales que acompañan este crecimiento accidentado por momentos.
- ¿Y en qué estadío está el teatro en el NOA, a tu criterio?
- Mirá voy a hacer un análisis que tiene que ver con lo político, con el diario del lunes. Me parece de una obligación honesta y como activista cultural, creo importante sentar precedentes sobre varios temas; en realidad son disparadores que no tienen una respuesta certera pero que nos obligan a reflexionar en el lugar donde estamos: ¿A quién y a dónde llegamos con nuestro trabajo? ¿Quien es nuestro público? ¿Cómo sostenemos una identidad regional? ¿La profesionalización de la que tanto se habla repercute positiva o negativamente en este proceso? ¿Cómo sostenemos cuando los gobiernos no acompañan? ¿Cómo defendemos nuestra labor en relación al avance de los tiempos del no encuentro? ¿De qué hablamos cuando hablamos de federalismo? ¿Cual sería nuestra identidad regional? Y de esta manera hay un sinfín de interrogantes y respuestas; un sinfín de maneras de entender el NOA, su crecimiento por etapas que a veces no lleva un sentido de la linealidad sino solamente responde a procesos centralistas. Estamos en un lugar de crecimiento, eso sí, pero hay una importante cuestión que tiene que ver con la soberanía teatral que no está siendo analizado.
Agenda
- A las 10, en la sala Orestes Caviglia del Ente Cultural (San Martíjn 251) habrá devoluciones a cargo Cristina Idiarte (Salta) y Mauro Santamaría (Corrientes).
- A la 11.30, en el mismo espacio, se realizará el foro “Escena plural”, para generar el diálogo y a reflexión sobre perspectivas de género, diversidad y discapacidad, con la actriz jujeña Sara Pérez, y Claudia Quiroga y Popi Del Prato (representantes del Quehacer Teatral Nacional del INT).
“Las musas mistongas”: habrá dos funciones en un espacio no convencional
La Fiesta Nacional de Teatro ya pasó por un gimnasio y hoy llegará a una casa de familia, en un recorrido que une espacios no convencionales con salas formales. A las 19.30 (repite 21.30), en Las Piedras 461, se presentará “Las musas mistongas”, una creación en formato documental sobre dos mujeres que nadie conoce en el barrio, la ciudad o el país. “Búsqueda arqueológica, expansión de sus existencias, tiempo comprimido que será develado. La casa, sus cuerpos. Sus cuerpos, las casas que fueron, que son y que sueñan”, plantea la sinopsis de la obra interpretada por Solana María Alonso y Lucía Villarroel, con dirección y dramaturgia de María Clara Xamena, que nació como un trabajo de cátedra en la Licenciatura de Teatro de la UNT. Mistongas es una palabra en lunfardo porteño que significa de poco valor o calidad o que se tiene pocos bienes.
“A veces me parece”: teatro danza sobre el desafío de ayudar y el peso de lo colectivo
Luis Alarcón, Cecilia Cáceres, Luciana Guiot, María José Robles, César Romero y Carolina Sánchez son los integrantes del grupo El Reverso que montan la obra de teatro danza “A veces me parece”, que con dirección de Karina Ávalos se presentará a las 22 en el teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras 1.550). “Es una reflexión sobre el sostener y la relación entre lo pesado y lo liviano, sobre lo mucho o poco que podemos prestar apoyo, dar aliento, o auxilio a alguien. Somos un todo donde se desprenden individuos, libres y únicos, pero que necesitan siempre volver al conjunto. Se despierta la animalidad de la naturaleza humana resaltando la ambigüedad de esos dos aspectos y lo dominante de uno sobre otro. Nos queda confiar en que lo que elijamos, pesado o liviano, no siempre nos destruye o edifica”, anticipan.
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