26 Agosto 2023
EXPLICACIÓN. La introducción de variedades diferentes de trigo redujo la presión de selección de estas enfermedades.
Se está reduciendo el porcentaje de “positividad” de las tres principales enfermedades de trigo: la mancha amarilla, la roya amarilla y la roya anaranjada. Estas conforman el podio de enfermedades del cereal.
Los resultados arrojados por la agtech Sistema Integrado de Monitoreo Agrícola (SIMA), sobre la base de las últimas campañas, muestran una retracción del porcentaje de positividad en lotes muestreados, que ronda un 10% de caída para la campaña 2022/23.
Con inviernos benignos y lluvias nuevamente en cartelera, las enfermedades de hoja en etapas tempranas del trigo están cada vez más presentes en la Argentina, siendo las manchas y las royas las vedetes de la temporada.
Una buena sanidad del cultivo requiere un abordaje serio desde el manejo integrado de plagas, comenzando con la protección de semillas y por la detección temprana a campo como pilares para el control.
Bajo estas premisas, SIMA sale a la cancha con una herramienta que permite a los productores registrar plagas, malezas y enfermedades con el monitoreo lote a lote, y realizar el control de severidad en sus cultivos de manera muy simple mediante una fotografía. La aplicación permite unificar criterios de manejo y llevar un historial del lote, además de una mayor reducción de tiempo en el lote.
Para sorpresa, hacia el 2022/23 la aparición de estas enfermedades disminuyó.
Según el último relevamiento de SIMA, la mancha amarilla, la roya amarilla y la roya anaranjada (o de la hoja) continúan liderando el ranking de enfermedades de este cereal. No obstante, en las últimas tres campañas su presencia en los lotes fue disminuyendo progresivamente hacia 2022/23.
Registros
Analizando la positividad de los lotes en la campaña 2020/21, las tres enfermedades estaban representadas en más del 75% de los muestreos, mientras que para la última campaña 2022/23 ese valor se redujo un 30%. Y en la cola de los datos analizados quedaron septoriosis, roya del tallo, fusariosis, mancha marrón y tizón por Septoria.
Lo más destacado del análisis de positividad de los lotes es el caso de la roya amarilla que manifestó similar comportamiento, pero con una retracción del orden de un 15%. Es decir, de cada 10 lotes muestreados la roya pasó de estar presente en casi tres lotes en 2020 a 1,2 lote para 2022/23.
Lo mismo ocurrió con su compañera la roya anaranjada, con una contracción de un 5% interanual, terminando última en el podio con un 6% de positividad el último año.
Lo notable de este tipo de estudios es la confirmación de permanencia de ciertas enfermedades que dominan el campo triguero argentino, pero también conocer el patrón en que se manifiestan año a año lo que lleva a hacernos varias preguntas. Para empezar, ¿qué provocó esta disminución? Y, por otro lado -sobre la base de este comportamiento- ¿qué cabe esperar para la próxima campaña?
Para quienes hemos transitado los últimos años del campo, sin lugar a dudas, la triple sequía que azotó al país fue un evento sin precedentes. Muchas estrategias salieron a la cancha para lograr el éxito de los cultivos, o más bien, para no perder un grano de más.
La búsqueda de eficiencia de agua para los cultivos fue la estrategia necesaria en todos los planteos. Esto llevó a rediseñar algunas prácticas de manejo, como densidad, fechas de siembra, y cambio de variedades, entre otras.
Causas
En este sentido, sobre el perfil varietal de los productores, uno de los últimos relevamientos de SIMA ha demostrado un cambio de uso en las últimas campañas. En años anteriores, el 60% del área triguera estaba ocupada por las mismas cinco variedades, cuya proporción iba cambiando. Pero este año se registró el uso de nuevas variedades, con diferente grado de susceptibilidad a las manchas y a las royas. Esto lleva a pensar, que la introducción de variedades diferentes hizo su efecto al reducir la presión de selección de estas enfermedades.
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