Japón vierte agua radiactiva al Pacífico, pese a las críticas

El plan para descargar el equivalente a 500 piletas olímpicas es seguro, dicen Tokio y la OIEA. Países vecinos y la opinión pública se oponen. China ya impuso represalias.

Japón vierte agua radiactiva al Pacífico, pese a las críticas
26 Agosto 2023

TOKIO, Japón.- La descarga de alrededor de 540 piscinas olímpicas de agua durante décadas en el Pacífico es un paso importante para desmantelar la central nuclear de Fukushima, todavía muy peligrosa 12 años después de uno de los peores accidentes nucleares de la historia. Esta acción, que inició Japón el jueves, es un plan que Japón y la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas dicen que es seguro, pero que es duramente criticado desde China y por parte de la opinión pública en el propio Japón.

El vertido del agua de Fukushima en el océano también divide a científicos, ambientalistas y pescadores.

Un video en directo retransmitido por el operador de la planta TEPCO mostró a los ingenieros de la empresa trabajando en ordenadores mientras un responsable informaba, después de una cuenta atrás, que “se están abriendo las válvulas cerca de las bombas de trasvase de agua”.

Según OIEA, que dio el visto bueno al plan y supervisa el proceso, tendrá un impacto “insignificante en la población y el medio ambiente”.

El impacto sobre el primer ministro japonés, Fumio Kishida, en cambio, es menos insignificante. El funcionario enfrenta una oleada de críticas dentro y fuera de su país tras permitir el vertido de agua radiactiva tratada de la accidentada central nuclear, cerrada y contenida desde 2011.

Los analistas afirman que el vertido de agua podría perjudicar la posición del primer ministro ante sus votantes y países vecinos. Esta semana, hubo protestas frente a la oficina del primer ministro japonés, con manifestantes que cargaban pancartas que decían “¡No arrojen agua contaminada radiactiva al mar!”.

Los ingenieros de la central -que quedó paralizada tras el terremoto y el tsunami de marzo de 2011, lo que provocó la fusión de tres de sus seis reactores-, comenzaron a verter agua a través de una tubería que se ha construido a una distancia de aproximadamente un kilómetro de la costa.

El gobierno japonés y Tokyo Electric Power Co (TEPCO), operador de la instalación, han hecho todo lo posible para convencer a la opinión pública japonesa y a la comunidad internacional de que el agua es segura. Señalan que el agua ha sido tratada para eliminar prácticamente todos los contaminantes radiactivos, que se está diluyendo en gran medida y que los estudios avalados por OIEA demuestran que no supone ninguna amenaza para la salud humana, ni tampoco para la flora y fauna del Pacífico.

Sin embargo, China ha mostrado su desacuerdo con esta valoración al anunciar el jueves que prohibirá todos los mariscos procedentes de Japón en respuesta al vertido de agua, que calificó de “egoísta e irresponsable”.

División de opiniones

Grupos ecologistas, detractores de la energía nuclear y habitantes del noreste de Japón, especialmente pescadores, están furiosos con la decisión. Otros, sin embargo, se encogen de hombros y sugieren que el gobierno no tenía alternativa.

“Kishida ya está lidiando con una serie de problemas en su gobierno, por lo que este asunto se le va a añadir a esa lista”, dijo a la agencia alemana DW, Hiromi Murakami, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Temple, en Japón.

“Entre los que se oponen a su gobierno conservador, esto será algo más por lo que criticarle; en cambio, los conservadores ven esto como un progreso, ya que que por fin se está atajando algo que ha estado latente durante la última década”, añade.

Ken Kato, un empresario de Tokio, aplaudió la decisión después de tantos retrasos. “Lo más grave es la campaña de desinformación china que ha servido para dañar la reputación y los medios de vida de los pescadores del noreste de Japón y del país en general”, declaró.

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