Agradezco a LA GACETA y al Dr. José María Posse el artículo sobre mi padre , Guillermo Curia, quien nació en Simoca, fue abogado, profesión que ejerció por 40 años; dos períodos diputado provincial, profesor de Educación Democrática e Instrucción Cívica (en 1939, presidente de la Cámara de Diputados), un período completo senador y un segundo período como senador, que se interrumpió por un golpe de Estado; convencional constituyente; profesor universitario; docente en colegios secundarios; uno de los profesores (junto con el Dr. Henderson Lencina y otros profesionales del Derecho , que colaboraron con fray Aníbal Fósbery , para fundar la Facultad de Derecho de la incipiente Universidad Santo Tomás de Aquino , trabajando en distintas cátedras ad-honorem , etc.). Integrante del recambio generacional del radicalismo (UCRI) que en Tucumán culminó con Vanguardia Federal y el Gobierno de Celestino Gelsi. En 1972, el interventor peronista Prof. Oscar Sarrulle, quien respetó su trayectoria y su capacidad, y haciendo caso omiso de que era un radical (no existía ese odio y esta grieta que hoy divide a los argentinos), le encargó la formación del Tribunal de Cuentas, del cual fue el primer presidente. Para asumir dicho cargo, renunció a la jubilación que venía cobrando. Estando a cargo de la presidencia del Tribunal, en marzo de 1976, cuando todos sabían de la proximidad del golpe de Estado, asumió (aún cuando no le correspondía ese año porque era rotatorio el cargo de presidente, no le esquivó a lo que iba a suceder) y el Gral. Bussi y por decreto del Fiscal de Estado (Capitán Abba ) lo pasó a disponibilidad del PE y hubiera ido a Villa Urquiza junto con Amado Juri y el intendente Torres, y por su edad 73 años , le dieron prisión domiciliaria, con un policía de guardia en la puerta del departamento de calle Catamarca 440. A raíz de una hemorragia digestiva que tuvo en su reclusión domiciliaria, que no nos permitieron que se lo sacara para ser internado, ni que ingresara un médico para evaluarlo y del profundo impacto psicofísico que sufrió no se recuperó nunca; falleció ese mismo año a los 73 años de edad y como una ironía de la vida un 17 de octubre de 1977 (Día de la Lealtad Peronista). Otra hubiera sido la situación si como Gobernador Militar hubiera sido el Gral. Montiel Forzano o el Almirante Ulloa en Salta. Al volver a gestionar su jubilación se le otorgó de acuerdo a leyes vigentes como presidente del Tribunal de Cuentas (último cargo que ocupó). Dejó como herencia la pensión a mi madre (y dicha pensión se le suspendió a mi madre por el Ipsst, un mes antes de que asumiera Alfonsín), el departamento donde vivió sus últimos años, una casa en Villa del Totoral, que gozó por poco tiempo, donde pasaba sus veraneos (en el norte Córdoba, nuestro lugar en el mundo), casa que logró terminar en 1970/ 1971 y un auto que pagaba en cuotas. Dejo al lector de estas líneas, el análisis comparativo con la política actual. Especialmente en lo que respecta al enriquecimiento de muchos funcionarios, políticos, sindicalistas, etc., con solo pocos años en la función pública. De mi padre aprendí, así como de muchos otros de esa época y especialmente del gobernador peronista Fernando Riera (otro ejemplo de honradez) que en la función pública nadie se enriquece por derecha.
Francisco José Curia
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