Amenazas de bomba: “Muchas veces no se tiene en cuenta que somos las principales víctimas”

Miembros de los centros de estudiantes de las escuelas Normal y Gymnasium contaron cómo repercuten las falsas alarmas y opinaron sobre el tema.

ENTREVISTA. Los alumnos Iara Amaya y Eliseo Minahk piden que se estimule el diálogo entre las autoridades de los centros educativos y los estudiantes ENTREVISTA. Los alumnos Iara Amaya y Eliseo Minahk piden que se estimule el diálogo entre las autoridades de los centros educativos y los estudiantes LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
06 Septiembre 2023

En el programa “Panorama Tucumano”, el periodista Federico Van Mameren, en diálogo con Iara Amaya y Eliseo Minahk, secretaria de actas del centro de estudiantes de la Escuela Normal y presidente del centro de estudiantes del Gymnasium, respectivamente, analizaron los distintos casos de intimidaciones públicas que sufrieron diversos establecimientos educativos durante las últimas semanas.

Los jóvenes, en representación del alumnado, manifestaron su hartazgo ante la constante interrupción de las clases, dieron su punto de vista respecto del posible origen de las amenazas, hablaron sobre la violencia social y apelaron al diálogo con las autoridades como una posible solución a la problemática.

- ¿Por qué creen que sucede esto?

- Iara: Pueden ser por dos razones: más allá de que hacer estas amenazas es un delito, quizás hay alguien que quiere hacer una broma graciosa y que sea inconsciente del daño que esto genera. También puede ser para causar conmoción social, que si es así es mucho peor y debería ser investigado con la seriedad y la profundidad que exige. En el caso de que fueran alumnos también refleja una intencionalidad; hay algo que ese alumno está queriendo comunicar y no puede hacerlo; por lo que me parece que la solución a esto podría ser abrir el diálogo a los distintos sectores sociales.

- Eliseo: Yo también creo que hay dos caminos. Mucho se habló de los propios alumnos haciendo las amenazas, que puede estar vinculado con la inocencia de hacer una broma o por no querer ir a clases o a rendir. También me parece que pasa por situaciones que se dan en la sociedad en general; no creo que sea algo particular de una persona, sobre todo porque hubo varias amenazas, no es una situación aislada.

- ¿Cómo se imaginan ese diálogo? ¿Qué podrá haber dentro guardado que se quiera decir?

- I: Actualmente podemos ver reflejado en la sociedad que hubo un gran incremento en la violencia. A veces esa violencia termina repercutiendo en el accionar de la persona que está generando todo esto y la lleva a que intente expresarse de esa forma, porque ve que eso es lo que hace la sociedad.

E: Creo que no se da un buen diálogo entre las autoridades de los colegios y los estudiantes, y quizás de ahí nacen estas distintas actitudes de violencia.

-¿Hablan entre ustedes de estos temas?

- I: Respecto al tema de las amenazas de bomba, es algo que entre los estudiantes está mucho más que hablado porque que nos afecta día a día. Creo que lo que nos caracteriza a todos es que estamos cansados; queremos ir a rendir, desocuparnos de esas materias y poder seguir nutriéndonos. Además, creo que el poder y los medios de comunicación, al dejar que de cierta manera la violencia sea el medio por el cual se refleje el descontento de los distintos sectores sociales, permiten que se generen más respuestas violentas.

- E: Creo que entre la juventud y entre los centros de estudiantes hay diálogo y una búsqueda de evitar la violencia. La falta de diálogo se da más entre las autoridades y los estudiantes; nosotros no estamos informados de nada sobre la amenaza, no se volvió a hablar, vengo a esta entrevista sin saber quién fue, cómo fue el procedimiento, cómo se llevó todo.

- ¿Creen que las generaciones mayores no respetan a los jóvenes?

- I: Siempre se generaliza mucho que a los jóvenes no nos importan algunas cosas. Dicen mucho “son chicos, no saben”; “no vivieron ciertas cosas”; pero creo que al ser jóvenes podemos tener otros puntos de vista que son importantes y que deben ser escuchados.

E: Creo que hay cierta subestimación y por eso muchas veces las autoridades no están abiertas al diálogo. Son importantes estos lugares donde podamos hablar libremente. Muchas veces con el tema de las amenazas no se tiene en cuenta que somos las principales víctimas y creen que nosotros somos los que queremos que haya amenazas de bomba para no tener clases cuando no es así. Piensan que no nos importa y en realidad sí; de hecho hay movimiento interno para que no suceda, pero no depende sólo de nosotros.

- ¿Cómo quieren que termine esta historia?

- I: Veo reflejado en muchos de los estudiantes cansancio. Creo que el mejor final que podría haber es que los autores se hagan responsables y que se pueda abrir el diálogo para que los jóvenes expresen sus inquietudes. Si el responsable es un adulto, que cumpla la condena. Si es un joven, que se haga responsable, pero que se pueda ver de dónde surge y qué es lo que lo motivó a hacer eso.

E: Hay que encontrar al responsable. Si es un menor el causante, hay que tener en cuenta que hay un trasfondo y que seguramente hay un motivo originado por distintas cuestiones.

- ¿Qué aprendieron de esto?

I: Se pudo observar que muchas escuelas no tienen protocolos para estas situaciones. Las instituciones tal vez no están preparadas para este tipo de casos y deberían darse capacitaciones tanto a docentes como a alumnos para saber cómo actuar y proceder.

- E: En lo personal me dejó bronca ver cómo estaban actuando las autoridades. Sentí que no se lo tomaron de manera seria; hubo muchas amenazas en poco tiempo pero no se habló mucho dentro del colegio, no hubo mucha contención y es algo que al fin y al cabo pasó en muchos lugares e involucró a toda la sociedad.

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