La economista estadounidense, Claudia Goldin, fue galardonada ayer con el Premio Nobel en Economía, según anunció la Real Academia de las Ciencias de Suecia. El comité que otorga el premio le reconoció “su contribución al avance en la comprensión de la participación de la mujer y las principales causas de las remanentes brechas de género en el mercado laboral”
De acuerdo con la Real Academia sueca, que dispuso ayer la entrega de la distinción a Goldin, la decisión se basó en que su investigación revela al todavía lamentable remanente de brechas de género en el mercado laboral y provee el primer estudio integral sobre la evolución de la remuneración de la mujer y su participación en el mercado laboral a lo largo de los siglos, en un estudio que analiza las brechas de género y el impacto en ello de la repartición de las tareas de cuidado.
Desde el Bronx
Goldin estudió la evolución de los roles de la mujer a través de la historia desde un abordaje multidisciplinario, con componentes económicos, sociológicos, históricos y demográficos.
La economista premiada nació en Nueva York, en 1946. Fue criada en el Bronx y es graduada en la Universidad de Cornell, profesora por la universidad de Harvard, y doctora en Economía por la Universidad de Chicago (1972).
Fue directora del programa de Desarrollo de la Economía de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER) desde 1989 a 2017.
En 1990, se convirtió en la primera mujer a la que se le ofreció un puesto titular en el departamento de economía de la Universidad de Harvard, donde sigue dando clases hasta el día de hoy.
Las anteriores
Ella se define como “una detective que siempre cree que existe una forma de encontrar la respuesta y esa es la manera en que siempre he llevado adelante mis investigaciones”.
Antes del premio a Goldin, otras dos mujeres fueron galardonadas con el Nobel de Ciencias Económicas, Elinor Ostrom (2009) y Esther Duflo (2019), pero en ambos casos en un premio compartido con otros ganadores. En el caso de Ostrom con Oliver Williamson, y en el de Duflo con los economistas Michael Kremer y Abhijit Banerjee.
La Real Academia de las Ciencias destacó que “si bien históricamente se había explicado a las brechas de género en las remuneraciones como una consecuencia de las diferencias en educación y elecciones de ocupación, sin embargo, Goldin demostró que la mayor parte de esta diferencia de ingresos se produce ahora entre hombres y mujeres en la misma ocupación, y surge en gran medida con el nacimiento del primer hijo”.
Las investigaciones de Goldin, que abarcan 200 años de historia económica, demuestran que la desigualdad salarial no tiene tanto que ver con la discriminación como con el elevado costo de la flexibilidad laboral y la conciliación del trabajo y la familia, como explica cada año a los periodistas en el Equal Pay Day, una jornada que busca generar conciencia respecto a cuántos días de más deben trabajar las mujeres en los Estados Unidos para ganar lo mismo que sus pares hombres el año anterior, señala “Infobae”.
La virtud de Understanding the Gender Gap: An Economic History of American Women, publicado hace ya 33 años, está en mover la discusión respecto de la brecha salarial de género. Desde su aporte, el activismo político feminista cuenta con muchas mejores herramientas para entender el por qué de las diferencias de ingresos entre mujeres y hombres. Y eso movió la pelea política desde el intento de regular los salarios que pagan los empleadores, para equipararlos a los de los hombres, a la discusión por transformar al proceso productivo en un lugar apto para el desarrollo de mujeres y a la desigualdad en materia de horas de trabajo hogareño que afecta a las mujeres dentro de sus propias familias.
“[Goldin] demostró que la mayor parte de la brecha salarial refleja el elevado costo de la ‘flexibilidad temporal’, es decir, el hecho de que las mujeres trabajen menos horas o más flexiblemente para poder criar a una familia. Por consiguiente, la reducción de la brecha dependerá de la reestructuración de los puestos de trabajo para incorporar una mayor flexibilidad para todos los trabajadores, reduciendo así los costos asociados a la flexibilidad. Aunque un cambio tan fundamental pueda parecer una tarea difícil, Goldin ha señalado que el cambio ya se ha producido en ámbitos como la tecnología, la ciencia y la atención sanitaria”, escribió sobre ella Peter J. Walker.
Las conclusiones
Entre las principales conclusiones a las que arriba Goldin luego de revisar, recopilar y analizar transversalmente más de 200 años de datos, y por lo que resultó premiada surge que “las mujeres están muy subrepresentadas en el mercado laboral mundial y, cuando trabajan, ganan menos que los hombres”, según informó la Real Academia en la mañana de ayer.
También explicó Goldin que “la participación en el mercado laboral no tuvo una tendencia ascendente durante un período de 200 años, sino que forma una curva en forma de U”.
En ese sentido, precisó que “la participación de mujeres casadas descendió en contemporáneo con la transición de una sociedad agraria a una industrial a principios del siglo XIX, pero luego comenzó a ascender con el crecimiento del sector de servicios a principios del siglo XX, un fenómeno que ella explica vinculado también a los cambios estructurales y transversalmente a la evolución de las normas sociales con respecto a las responsabilidades de las mujeres en el hogar y la familia”.
Además, en relación al crecimiento observado en los niveles educativos alcanzados por la mujer en el siglo XX, Goldin sostiene la asociación directa de estos resultados en la mayoría de los países de altos ingresos con el acceso a las pastillas anticonceptivas, que jugaron un rol importante en acelerar este cambio revolucionario al ofrecer nuevas oportunidades para la planificación profesional.
Su investigación la hace una pionera en los estudios económicos con enfoque de género. A lo largo de los años, se dedicó a estudiar una amplia gama de temas, desde la brecha salarial entre hombres y mujeres hasta los cambios tecnológicos y la importancia de la fuerza laboral femenina.
“Comprender el papel de la mujer en el trabajo es importante para la sociedad”, dijo Jakob Svensson, presidente del comité del Premio Nobel, a través de un comunicado.