Cuál fue el milagro por el que Mama Antula será santa
En una época marcada por las ideas revolucionarias, los cambios sociopolíticos y extensos territorios que aparecían y desaparecían sobre el mapa, Mama Antula fue la referente de una transformación aún más profunda... Luego de que el Dicasterio de las Causas de los Santos le adjudicó un segundo milagro, María Antonia de Paz y Figueroa se convirtió en la primera santa originaria de Argentina.
Como parte de su biografía, el espíritu peregrino de Mama Antula la llevó a recorrer miles de kilómetros para transmitirle al pueblo -especialmente en lugares recónditos, pobres y aislados- las enseñanzas de los jesuitas. Aquellos viajes (intensos, transformadores, enfocados en los ejercicios espirituales) incluyeron un contacto íntimo con diversas poblaciones del país.
Luisa Sánchez Sorondo, la difusora de la causa de la canonización de Mama Antula dialogó con LG Play, sobre este tema que llama mucho la atención y que a despertado gran interés, lo que se refleja en los buscadores de las redes sociales. Es decir, que está movilizando a mucha gente.
“No me sorprende ese interés, Mama Antula estuvo en Tucumán, ella hablaba en sus cartas habla de todo el Norte argentino. Aquí venía a hacer los ejercicios de San Ignacio de Loyola, y aquí hay mucha gente que continúa con esa tradición”, destacó Sánchez Sorondo.
Agregó que la flamante santa nació en 1730 en Santiago del Estero, en el seno de una familia de encomenderos. Ella sabía leer y escribir y a los 15 años decidió no casarse pero tampoco entrar en un convento, que eran las dos opciones que había para las mujeres en aquella época. Se educa con los jesuitas y decide consagrarse a Dios en forma privada. Allí toma el nombre de María Antonia de San José y ayuda a organizar las tandas de ejercicios en las misiones jesuíticas, con los originarios que habitaban allí. Ellos empezaron a llamarla “mama”, que es mamá en quichua, y Antula por Antonia.
“Cuando la corona española expulsa a los jesuitas del país todo queda en la nada. Un sacerdote le entregó, antes de irse, una capa, y por eso en algunas imágenes se ve a Mama Antula con algo negro sobre la cabeza, como un modo decirle: ‘te transmito esto y seguilo vos’”, detalla la especialista.
Entonces, la nueva santa, lo que hace es comenzar a organizar ejercicios en Santiago del Estero y en provincias vecinas. Cuando las circunstancias cambian, visita al obispo, en Jujuy, y le pide autorización para hacer los ejercicios. Para obtener la autorización, argumenta que si bien estas prácticas las había escrito San Ignacio -que estaba, de alguna manera, prohibido en el Virreinato del Río de la Plata-, los ejercicios eran en un bien espiritual de la Iglesia. Logró convencer al obispo y empezó a caminar por Jujuy, Salta, Tucumán, La Rioja, Catamarca y Córdoba, donde se queda cuatro años. Luego sigue a Buenos Aires y después va a Colonia y a Montevideo, ambas de Uruguay. “Todo esto lo hace peregrinando a pie. Se ponía vendas en los pies para que no se la piquen las víboras a la noche”, destaca Sánchez Sorondo.
La especialista subraya un hecho llamativo que ocurre en Buenos Aires. Allí no conseguía la autorización del virrey para levantar una Casa de Ejercicios. Después de nueve meses de insistir, Mama Antula lo enfrenta le dice: “usted va a tener que responder por el mal que le está haciendo a este pueblo. Y mañana va a explotar el fortín”. Y sucedió eso. El fortín explotó. El virrey de inmediato le concedió la autorización.
“Es una mujer sumamente actual, pero para la época era una adelantada. Laicas no existían, y menos que caminaran como ella lo hacía. Sus cartas se tradujeron en cinco idiomas. Se mandaban a Europa y se iban a traduciendo en vida de ella. En París escribió un libro que se llama ‘El estandarte de la mujer fuerte’, que está disponible en la página de ella para quien lo quiera leer”, dice la entrevistada. La página es: mamantula.com.
El milagro
El milagro que se le atribuye ahora, el que le permite llegar a los altares, tiene mucha actualidad, porque se trata de una persona que tenía contacto con el papa Francisco. Sánchez Sorondo cuenta que se trata de Claudio Perusini, que era seminarista en Santa Fe. Y así lo conoció a Jorge Bergoglio, quien le dijo: “me parece que tu misión es familiar, es casarte y tener hijos”. “Perusini se fue al sur del país, se casó y tuvo dos hijos. Volvió a Santa Fe para una reunión y en esa ocasión se le produjo un ACV masivo. Le dijeron a su esposa que tenía 24 horas de vida. Lo fue a visitar un obispo que le entregó una estampita de Mama Antula y le dice a la familia que le recen a ella. Lo hacen, y poco a poco, él comienza a recuperarse. Los médicos no lo podían creer. Ahora está recuperado. No totalmente, pero puede hacer vida normal”, relata.
Sánchez Sorondo subraya la importancia de que haya santos en la Iglesia católica. “Es para que la gente imite a esa persona, para poder llegar a la virtud. Lo que María Antonia te dice es hacé por lo menos una vez en la vida un retiro ignaciano, para discernir para qué estás en la Tierra, para qué Dios te hizo, y en la medida en que vos cumplás la función para la que fuiste creado vas a ser plenamente feliz. Ella era una mujer rodeada de adversidad, pero no se desesperó. Siempre tuvo esperanza. Tiene una frase que me encanta: ‘la Providencia del Señor hará llanos los caminos que a primera vista parecen insuperables’”, afirma.
“Si María Antonia estuviera ahora, nos diría que no hay que desesperarse, que hay que tener esperanza, que hay que rezar, que hay que salir de la casa y hablar con las demás personas, establecer relaciones, amistades, para tratar de ayudar dentro de lo que uno puede. Y lo que yo le pido a María Antonia es que todos podamos convivir en paz”, concluye la difusora de la causa por la canonización de Mama Antula.