Gaza: decenas de muertos en un campo de refugiados

Fue el segundo ataque aéreo israelí en 24 horas sobre en Jabaliya, en la zona norte de la Franja. La crisis humanitaria se agudiza.

DOLOR INMENSO. Un residente de Gaza llora sobre los escombros de edificios, en Jabalia, un día después del ataque israelí al campo de refugiados. DOLOR INMENSO. Un residente de Gaza llora sobre los escombros de edificios, en Jabalia, un día después del ataque israelí al campo de refugiados.
02 Noviembre 2023

GAZA.- Israel volvió a bombardear, por segundo día consecutivo, el campamento de refugiados palestinos Jabaliya, al norte de la Franja de Gaza, que dejó decenas de muertos, según el movimiento islamista Hamas, y que la Organización de Naciones Unidas calificó como “la última atrocidad que golpea a la población de Gaza”.

El Ministerio de Salud de Gaza dijo que el nuevo ataque contra el campamento de Jabaliya, el más grande del enclave palestino, alcanzó viviendas y dejó “decenas de mártires y de heridos”.

En Jan Yunis,  mientras tanto, equipos de rescate palestinos retiraban ayer los escombros en el lugar donde se produjo el ataque aéreo, durante la noche, dejando al descubierto una cabeza y un brazo inmóviles, la más reciente víctima del bombardeo.

A medida que los socorristas retiraban más escombros, iba apareciendo el resto del cuerpo, miembro de la familia Nasr, cuya casa en la ciudad meridional fue bombardeada a primera hora de ayer, y mató a nueve personas.

“Nuestros vecinos han muerto. Mires donde mires hay un mártir”, declaró Eyad al-Ateyle, un residente que dijo que el ataque le despertó a las 2 de la mañana, antes de que lograra salir de su casa con su mujer y su hijo a través de una espesa nube de polvo.

El creciente asalto israelí ha matado a casi 8.800 palestinos, según las autoridades sanitarias del enclave controlado por Hamás, la mayoría en ataques aéreos y de artillería como el que alcanzó la casa de la familia Nasr.

El Ejército declaró que, aunque  pidió a los civiles que se desplacen al sur, atacará cualquier objetivo de Hamas en toda la franja, aunque con las precauciones factibles para mitigar los daños.

8.800 palestinos han muerto como consecuencia del asalto aéreo y terrestre israelí sobre Gaza.

La ofensiva, en respuesta al ataque del 7 de octubre de militantes de Hamas que, según Israel, mataron a 1.400 personas y secuestraron a 240, incluye ahora una invasión terrestre que se espera intensifique la violencia.

Más de la mitad de la población de Gaza ya está desplazada, los hospitales abarrotados y sin electricidad ni medicinas están rechazando a los heridos y los sepultureros se están quedando sin lugar en los cementerios.

El martes, un ataque israelí contra el mismo campo de refugiados de Jabalia mató a decenas de personas, según las autoridades hospitalarias, y dejó la zona cubierta de cráteres. Israel declaró que su ataque iba dirigido contra un alto mando de Hamas. En el depósito de cadáveres de Jan Yunis, donde fueron trasladados los cuerpos de la familia Nasr, muerta en otro lugar de la ciudad, un grupo de hombres y niños observaba cómo llegaban más muertos en ambulancia.

Los cadáveres eran levantados en camillas y llevados a la morgue. Los familiares furiosos de algunos de los muertos gritaban: “Con nuestras almas y nuestra sangre los redimimos mártires”.

Dentro, los trabajadores limpiaban el polvo y la sangre de los muertos y los envolvían en sudarios blancos para llevarlos a enterrar. De los 15 cadáveres que había en la morgue cuando se permitió el ingreso a la prensa, ayer por la mañana, cuatro eran niños. “Todos los días hay muertos y todos los días hay niños o mujeres entre ellos”, dijo un médico que pidió no ser identificado por temor a represalias.

Israel ha bloqueado el suministro de electricidad, agua y combustible a Gaza, y sólo entra una pequeña cantidad de alimentos y medicinas a través del paso fronterizo de Rafah con Egipto.

A falta de gasolina, muchas personas recurren a carros tirados por burros para desplazarse. En Jan Yunis, Farida Abu Azzam llevaba a su marido al hospital para su tratamiento contra el cáncer. “Este es nuestro único medio de transporte ahora”, dijo.

Hospitales llenos

Muchos de los heridos ni siquiera encuentran lugar en el hospital. Los que encuentran cama deben irse antes de curarse.

El director del Hospital de la Amistad Turca, en el norte de Gaza, que trata a enfermos de cáncer, dijo que había dejado de funcionar por falta de combustible. Israel afirma que en Gaza hay suficiente combustible para abastecer a los hospitales, pero que Hamas lo usa con fines militares.

En el Hospital Nasser, el director Nahed Abu Taeema dijo que estaban rechazando a personas que necesitaban una intervención médica urgente. “Los hospitales de Gaza están abarrotados de heridos y camas llenas”, afirmó. “Los que necesitan cirugía avanzada no pueden recibir ayuda aquí”. (Reuters)

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