El residuo de cosecha contiene gran cantidad de nutrientes

En ciertos casos, la receta de N o N+P puede resultar insuficiente y poco sostenible.

DATO. En pos de sustentabilidad cabe ver qué nutrientes agrega la fertilización y cuánto se extrae por cada cosecha. DATO. En pos de sustentabilidad cabe ver qué nutrientes agrega la fertilización y cuánto se extrae por cada cosecha.
11 Noviembre 2023

“Para lograr cañaverales más productivos y longevos, una de las claves es un plan de fertilización adecuado a cada lote y variedad, buscando productividad y sustentabilidad”, afirmó Juan Romero, de la sección Suelo y Nutrición de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), durante la jornada sobre fertilización en Caña de Azúcar que organizó la entidad en la Cooperativa Campo de Herrera.

“En la búsqueda de sustentabilidad, es necesario considerar el balance de nutrientes del sistema cañero: qué nutrientes y en qué cantidades se agregan al sistema con la fertilización y qué cantidades se extraen de estos en cada cosecha. En este balance, el mantenimiento del residuo de cosecha en el lote es clave ya que contiene gran cantidad de nutrientes que se pierden si lo eliminamos -además de otros beneficios que genera-”, subrayó.

Añadió que el contenido de materia orgánica (MO%) resulta un indicador clave de la salud del suelo. “Y entre muchos roles fundamentales que cumple en el suelo, es la fuente principal de nitrógeno (N) y de otros nutrientes, como el azufre (S). Un 50% de nuestros suelos cañeros presentan niveles bajos de MO% (<2%), lo que genera menor suministro de algunos nutrientes”, destacó.

En este sentido, contó que en ensayos realizados por la sección Suelos de la Eeaoc se encontraron respuestas significativas en los rendimientos de caña cuando se agregó S al plan de fertilización. “Este nutriente no era tenido en cuenta a la hora de armar el plan de fertilización en nuestra área cañera. En suelos con bajos niveles de P y baja MO%, la combinación N+P+S generó incrementos muy significativos de la producción de caña por hectárea, superando claramente a la tradicional N+P o N”, puntualizó.

Indicó que en situaciones de suelos arenosos y ácidos del pedemonte tucumano, donde se diagnosticaron bajas disponibilidades de varios nutrientes, se observaron respuestas significativas de producción cuando se complementó la fertilización nitrogenada con otros nutrientes como potasio (K), calcio (Ca), magnesio (Mg) y S. “Los mejores resultados se obtuvieron con la combinación de tres o más de estos”, dijo.

A modo de balance, expresó que estas experiencias revelan que las recetas generales de fertilización (N o N+P) pueden resultar insuficientes y poco sostenibles en algunas situaciones, donde ya hay otros nutrientes en cantidades limitantes. “Resulta clave conocer la oferta de nutrientes del suelo y el requerimiento -y la extracción- de nutrientes del cultivo. En muchos casos, para mantener la capacidad productiva del lote habrá que comenzar a reponer ciertos nutrientes (P, K, S, etc) antes de que los niveles de estos se vuelvan restrictivos para los rendimientos”, alertó.

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