Triunfos con sabores amargos

La increíble victoria de la selección mayor en el maracaná dejó las tensiones apuntadas

Tras la victoria en Brasil, Scaloni sorprendió a todos con sus declaraciones. Tras la victoria en Brasil, Scaloni sorprendió a todos con sus declaraciones.

Fue la semana de la doble victoria histórica contra Brasil. Primero en el Maracaná. Uno-cero con salto gigante de Nicolás Otamendi. Notable pero en partido pobre. Con 42 faltas y apenas 37 minutos de juego que hacen poco honor al mejor clásico del fútbol sudamericano. Con un Brasil en una crisis que podrá agravarse si, como me cuentan desde Europa, el italiano Carlo Ancelotti rechaza finalmente asumir como DT de la verde-amarilla apenas finalice en pocas semanas su contrato con Real Madrid.

Increíble, pero ese triunfo histórico dejó sin embargo dos sabores amargos: 1) la tensión cada vez más creciente entre hinchas de Argentina y Brasil, en medio de acusaciones de maltrato policial, racismo y nacionalismos torpes. Habrá muchos más partidos entre selecciones y equipos de ambos países. Algo habrá que seguir trabajando, más allá de las sanciones que, según parece, podría aplicar la FIFA contra ambas Federaciones.

El segundo punto es el más preocupante para nuestra selección mayor. La bomba inesperada que lanzó el DT Lionel Scaloni sobre la posibilidad de que abandone el puesto. Scaloni dijo luego ante un micrófono que su problema no era con "Chiqui" Tapia, aunque casi todos los cañones posteriores apuntaron contra el presidente de la AFA, sea por cuestiones contractuales, programación de partidos amistosos o actitudes privadas. ¿Y si el mensaje explosivo de Scaloni fue hacia sus propios jugadores, la necesidad de que mantengan la misma energía que siempre, como sugirieron rumores posteriores? 

Tres días después del Maracaná, la Sub 17 de Diego Placente nos ofreció acaso el mayor baile que pueda recordarse de una selección argentina a otra de Brasil en cualquier categoría. Fue un 3-0 en cuartos de final del Mundial de Indonesia que podría haber sido 5-0, con actuaciones individuales notables (el “Diablito” Echeverri, autor de los tres goles, en primera fila), pero ante todo con una actuación colectiva ejemplar, que mostró el crecimiento del equipo respecto del Sudamericano.

Y si el duelo entre selecciones mayores dejó las tensiones apuntadas, el de los juveniles ofreció en cambio una gran muestra de hidalguía de Brasil, que asumió la goleada sin quejas ni golpes, algo que no siempre sucedió si la goleada y el baile eran a la inversa. La búsqueda de un Mundial todavía inédito para nuestro fútbol (categoría Sub 17) ratifica un buen trabajo de la AFA en materia de selecciones.

Lo dijo su presidente, Claudio “Chiqui” Tapia cuando el jueves pasado replicó burlonamente críticas de Mauricio Macri, poder notable dentro del nuevo gobierno que asumirá del presidente electo Javier Milei. Macri acertó cuando apuntó contra la desorganización de nuestro fútbol interno, que define esta semana ascensos y descensos. Eso sí, Macri, que además aspira volver a Boca en elecciones calientes contra Juan Román Riquelme, critica desde su poder político. No es un buen aviso para la democracia que se viene. 

Comentarios