El asalto a bikers en Horco Molle

01 Diciembre 2023

El ataque a tres bikers en la zona de Horco Molle llenó de inquietudes a los deportistas y a la población en Yerba Buena, que suelen utilizar los recorridos cercanos al piedemonte para entrenar o pasear. Esta actividad, que ha crecido de manera sostenida, se ensombrece por el riesgo que genera el hecho de que haya ocurrido este asalto con machete y cuchillo, lo cual necesita tanto una explicación como acciones de prevención.  

Fue el lunes, cerca de las 17, cuando los tres bikers recorrieron “la ruta de siempre”, según dijeron, que está cercana a la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia de la Universidad Nacional de Tucumán. Circularon por los senderos y llegaron a una finca de limones que está pegada a una de paltas. “De pronto y de la nada, aparecieron tres jóvenes con machete. Comenzaron a amenazar a mis compañeros. Al observar todo lo que estaba pasando, decidí ocultarme. Es lo único que atiné a hacer en ese difícil momento”, dijo uno de ellos, que añadió que el ataque fue muy violento. “Estaban sacados, a los gritos pedían que les entregaran las bicis. Hasta los golpearon con los machetes”, añadió. Poco después de la agresión y de la fuga de los asaltantes, pasó otro grupo de bikers integrado por tres chicos y una madre. Entre todos llamaron a la Policía, y “en menos de cinco minutos llegaron los bicipolicías que custodian la zona, los vigías de la GUM y más policías en moto. Entre todos hicieron un rastrillaje, pero no encontraron a nadie. Era lógico, porque es muy fácil esconderse en esa zona”, explicó.

Ayer un comisario de la zona explicó que hay seis policías por turno recorriendo la llamada “senda segura”, que es el trazado que se hizo en la pandemia para proteger a los deportistas y vecinos que paseaban en bici o hacían trekking por ese sector. El jefe policial recomendó a la gente “que no ingresen a fincas que son propiedades privadas y que no están en la senda segura” y que “hagan las denuncias porque no tenemos presentaciones recurrentes sobre este tipo de hechos”. Los bikers, si bien reconocieron que hay presencia policial en la senda segura,  advirtieron que si hubo este robo “es porque hay alguien que se mostró interesado en tenerlas. No son bicicletas comunes, sino que son especiales y muy costosas. Es lo que buscan los delincuentes para venderlas en el mercado negro. Y lo hacen porque siempre consiguen un comprador”.

Precisamente hace dos años, cuando se organizó entre autoridades policiales y municipales, bikers y vecinos el recorrido de la senda segura, se analizó las vinculaciones que tiene el robo de bicicletas con un mercado negro  de compra de objetos robados y la necesidad de investigar en profundidad. Esa estrategia dio resultados y permitió que volviera la tranquilidad a la zona de paseo y entrenamiento. Convendría que se recree es práctica de seguridad, y que, por cierto, se den garantías para que la gente denuncie los hechos, a fin de que se refuerce los sectores de riesgo, por un lado, y se apunte, por otro, hacia el mercado negro.


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