“Soy muy tranquilo, me gusta estar con mi familia y con mis amigos”. Las palabras de Nahuel Banegas dejan en claro el contraste que hay entre ese lateral lleno de energía y vehemencia con el hombre común que vive en su interior.
El oriundo de Benavidez aprovecha el tiempo libre y disfruta de los pequeños placeres de la vida, rodeado de los suyos. “Mi familia trata de seguirme cada vez que puede, al igual que mis amigos que también hacen lo posible. En Tucumán vivo con mi pareja, pero en Buenos Aires me esperan mis padres, mi hermana mayor y mis tres sobrinos”, explicó el lateral izquierdo que tiene contrato con San Martín de Tucumán por tres temporadas más.
“La familia es lo primero”, es una frase que se repite infinidad de veces. Justamente esos valores son los que sostuvieron a Banegas en un año que tuvo altas y bajas. “Ellos son el sostén. Hay momentos en los que uno está mal ya sea porque no juega o porque tiene alguna lesión, y la familia siempre está. Me tocó no jugar por mucho tiempo y ellos no me ayudaron a no caer”, analizó el defensor que casi se siente como un tucumano más. “Desde el primer día me sentí muy cómodo. Es una hermosa ciudad y estoy muy contento de estar en la provincia. Creo que no me costó adaptarme”, reflexionó.
“Como futbolistas, cambiar de destino es lo que nos toca y uno debe acostumbrarse. Empezás a crear tu camino y aprendés a darle más importancia a la familia; cosa que por ahí, en otros casos, suele ser demasiado cotidiano”, aseguró.
Con la Primera Nacional en su recta final y con el “santo” fuera de competencia, Banegas aprovechó la licencia para descansar y recargar energías de cara a una nueva temporada en la que el “santo” deberá volver a encaminar su rumbo en busca del ascenso.
Su objetivo para esos días fue claro: disfrutar de la playa. “Me tomé unos días para irme a Mar del Plata. Me gusta mucho la playa”, aseguró el “3” y fue un poco más fondo en la cuestión. “También me gustan las montañas y los lagos. Soy un apasionado de recorrer lugares; conocí varias provincias de Argentina y quedé encantado”, sentenció.
Así como le gusta viajar, Banegas también tiene otros hobbies. “Soy de ir a pescar. Si bien hace mucho no lo hago, es algo que compartía mucho con mi papá”, dijo, antes de agregar detalles en torno a sus días libres. “Soy de quedarme mucho en casa; de tomar mate o mirar televisión tranquilo. También ayudo en lo que se necesite en el hogar. No soy mucho de salir”, advirtió entre risas.
Sin embargo, lo más llamativo es su forma de desconectarse cuando la pelota se detiene. Cualquier fanático del fútbol, seguiría a los equipos de Argentina o a las potencias de Europa. Pero con Banegas sucede todo lo contrario. “Soy de ver poco fútbol. Sólo miro algunos partidos. La verdad es que no me gusta mucho ver cualquiera. Trato de ver más que nada a los próximos rivales o nuestros partidos; pero no mucho más que eso”, afirmó ese defensor que se transforma dentro de un campo de juego.
“Soy tranquilo en casa, pero también soy bastante calentón; reniego mucho. A la hora de jugar, sacó el temperamento, pero trato de controlarme. Pero, como en todo, hay excepciones”, aseguró el lateral al que esa vehemencia, en algunas ocasiones le jugó una mala pasada.
Banegas está feliz de seguir en San Martín y ya se plantea nuevos objetivos. “Me siento muy a gusto en el club. Falta mucho para que inicie de nuevo el torneo, pero sabemos cuál es será único objetivo. Todavía tiene que llegar un nuevo técnico y también los refuerzos. Pero tendremos la meta de ser protagonistas y de lograr el ascenso”, concluyó.