10 Diciembre 2023
1989. El presidente Carlos Menem (Partido Justicialista) y la primera dama Zulema Yoma saludan al pueblo tras el acto de juramento en el cargo. Menem llega a la Casa Rosada seis meses antes por pedido de su antecesor Alfonsín.
Por Claudio Jacquelin
Periodista
Si, como diría Borges, nos guiara la “pasión por el sistema métrico decimal”, en estos días no tendríamos más que motivos para celebrar. Desde la consagración del voto secreto y universal en serio, es la primera vez en la historia de la Argentina que se cumplen 40 años ininterrumpidos de vigencia de la democracia y el estado de Derecho.
El dato habla de una continuidad excepcional en más de un siglo dominado por las rupturas, muchas de ellas vergonzosamente cruentas. No es poco y merece que se celebre y se consagre como el hito histórico que es semejante vigencia de la democracia sin precedente, basada en algunos acuerdos básicos y tácitos. Una etapa en la que se instaló como un principio inapelable el respeto a los derechos humanos, que sucede (y no precede) a la premisa de desterrar la violencia como método de dirimir las diferencias políticas, vigente durante 160 de los 207 años de la vida nacional.
No obstante, es un hecho indesmentible que, a lo largo de estas cuatro décadas, ha habido demasiadas rupturas o, al menos muchas fisuras y bastantes fracturas. Las hiperinflaciones, la caída de un gobierno por presión popular, los defaults de deuda externa e interna, el vergonzoso índice de pobreza, las remociones o renuncias forzadas de integrantes de la Corte Suprema y la caída vertical de las reputaciones de la dirigencia en general y de los formadores de opinión son manifestaciones suficientemente poderosas e inquietantes de la situación del país.
La llegada a la presidencia de Javier Milei asoma como la consecuencia más elocuente de ese estado de insatisfacción. Se destaca en el presidente una escasa tolerancia a los cuestionamientos de los actores sociales y del periodismo crítico, en particular.
Así, el hito insoslayable de los 40 años de vigencia de la democracia y el Estado de Derecho nos encuentra en un estado de expectación y preocupación antes que de celebración. El riesgo de una regresión democrática esta a la vuelta de la página del calendario. Un motivo más para reivindicar la importancia de los frenos y contrapesos, en lo que el periodismo tiene un rol insoslayable.
1988. La Legislatura de Tucumán aprueba el proyecto de reforma constitucional provincial para instaurar la elección directa de las autoridades públicas. A continuación, se aprueba la Ley de Lemas.
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