Pagar tarjetas, hacer plazo fijo y comprar mercadería: los consejos para cuidar el dinero

Gustavo Wallberg sostuvo además que las medidas anunciadas por Milei son razonables; en particular, la revisión de la planta de personal.

12 Diciembre 2023

El economista tucumano Gustavo Wallberg analizó en LG Play las primeras medidas anunciadas por el Gobierno de Javier Milei (La Libertad Avanza). Consideró que es razonable que se revise la planta del personal estatal y, sobre todo, los últimos nombramientos del anterior Gobierno. “Uno no puede simplemente recortar, dejando caer recursos humanos que pueden ser útiles. Uno puede sospechar que los de los últimos meses son más que nada políticos, no realmente necesarios. Pero hay que hacer el análisis global si uno quiere realmente tener un Estado eficiente”, expresó. Añadió que el tiempo que puede llevar este tipo de tareas es relativo, que puede haber aspectos más rápidos de constatar y otros que no, como la productividad.  

En relación al impacto en los números que puede tener la reducción de ministerios aseguró que no es tan significativo en cuanto al achique, pero sí que son señales políticas y de eficiencia. Consideró que los “mini gabinetes” dentro de cada ministerio son los que terminan ensanchando el tamaño del Estado. “Monetariamente no es mucho, pero es una señal clara de que no vas a permitir cualquier cosa”, interpretó.

Analizó el impacto en la restricción de operaciones con dólar mayorista dispuesta por el Banco Central. Aseveró que no estaba de acuerdo con este tipo de medidas: “hay dos cosas que no me gustan de esto. Una es que el directorio del Banco Central anterior haya presentado la renuncia. El Banco Central tiene que ser prácticamente independiente del Ejecutivo. Si cambia la conducción política del Gobierno, pues que se banque el Banco Central que le tocó. No tienen por qué estar en la misma sintonía partidaria”. Consideró que la entidad funciona mejor cuando tiene más independencia política y “ no está la tentación de no verlo como una segunda caja de la tesorería del Poder Ejecutivo”. El otro punto, advirtió, es que dado que el directorio no sabe lo que va a venir en la conducción económica, puede parecer prudente no seguir funcionando como siempre. “Es cierto, pero va a haber un problema ¿Qué tal si el próximo Gobierno y la próxima conducción del Central plantean una devaluación alta del dólar oficial? ¿Qué pasa con el que vendió al dólar oficial de hoy? Se va a sentir estafado ¿Y con el que compró al dólar oficial de hoy? Se dirá que hizo un negociado para comprar barato porque sabía que se venía la devaluación. Esta restricción de operar con el dólar oficial prudencialmente puede parecer razonable. A mí igual no me gusta, porque en general cuando se pone la restricción genera ruido, genera malas expectativas”, razonó.

¿Qué consejo le daría a la gente para cuidar su dinero? 

Separó en dos grupos: quienes pueden ahorrar y quienes no. “Hay personas que lo mejor que podrían hacer es simplemente, en cuanto cobren, ir a comprar mercadería para tenerla reservada en la casa. Si no tengo capacidad de ahorro, lo mejor es adelantar los consumos. Porque el día de mañana van a estar más caros”, aseguró. Alertó, además, a los ciudadanos en relación al uso de las tarjetas de crédito en este contexto. “No dejen de pagarla. La tasa de interés que van a cargar por no pago es terrible, es gigantesca. No hay vuelta. La otra es la tasa de interés de las cuotas. Es típico y es un error comparar la tasa de interés de la cuota con la variación mensual del índice de precios. Uno tiene que calcular, comparar la tasa de interés de la cuota con cuánto es posible que me suban a mí los ingresos, porque es mi plata la que va a tener que pagar la cuota”, dijo.

Sobre quienes sí pueden ahorrar, consideró dos alternativas. “Una es un plazo fijo que ajuste por inflación. Aunque los bancos suelen no darle demasiada publicidad, pero es lo más conveniente. Hay que ver si la situación tributaria de cada uno permite hacerlo, porque hay que estar en buena posición frente a la AFIP. La otra es ir a la calle San Martín y comprar dólares. Eso siempre es el último refugio de los que tienen algún inconveniente para moverse en el sistema formal. Son solo líneas generales muy básicas. La situación de cada persona tiene todas sus particularidades”, concluyó.

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