Las hermanas superpoderosas de Tucumán Rugby: combinan la abogacía y la medicina con el hockey

Agustina y Lourdes Butí fueron campeonas en el hockey local, sin dejar de lado sus carreras.

UNIDAS. Agustina y Lourdes Butí portan, orgullosamente, su uniforme verdinegro. UNIDAS. Agustina y Lourdes Butí portan, orgullosamente, su uniforme "verdinegro". LA GACETA / Foto de José Nuno

El año tuvo dos claros dominadores en el hockey tucumano. En la rama masculina, San Martín ganó todo lo que jugó; mientras que en la femenina, Tucumán Rugby se quedó con el Iniciación y el Anual. Dentro del plantel “verdinegro”, Agustina y Lourdes Butí aparecen como dos de las referentes de un equipo que, además, logró meterse entre los ocho mejores del país.

La historia de las hermanas comenzó muy temprano en el club de Marcos Paz. “Juego desde los siete u ocho años. Arranqué por mi hermana más grande, Fernanda, que jugaba en el club; y después Lulú siguió el mismo camino”, relata Agustina, de 29 años. “Empezó como un entretenimiento, como para hacer algo, y después se volvió una rutina”, completa Lourdes, de 25.

Desde chicas tuvieron un sueño ineludible: poder llegar a representar los colores de su club en Primera. “Tengo recuerdos de que jugaba infantiles y pasábamos toda la tarde jugando partidos entre nosotras, esperando el de Primera. Eso lo vas incorporando desde muy chica; ves a las más grandes en ese lugar, ves toda la movida del club un sábado por la tarde, y se termina transformando en un sueño”, analiza Agustina, que dejando en claro lo que significó llegar a Primera. “Para mí siempre fue todo”.

Según Lourdes, la pregunta dispara el recuerdo del sinuoso camino que debió atravesar para consolidarse en Primera. “Significó mucho sacrificio poder llegar a jugar de titular. En una época cambiamos de entrenador, yo no tenía muchas posibilidades, y se me puso difícil con la carrera. Ahí fue que tomé la decisión personal de pasarme al bloque B, el 'negro'. Fue un año de mucho aprendizaje, de mucha experiencia”, rememora la menor de las Butí.

Pero cuando en 2021, sus ex compañeras del bloque “verde” lograron el título, le picó el bichito de volver. “Vi el partido desde afuera y dije que quería estar ahí. El año siguiente pedí volver al verde, y así arranqué de nuevo. Me costó, me fui afianzando… El año pasado no se dio, pero este sí. Fue emocionante porque era para lo que había vuelto”, afirma.

La consagración este año, aseguran, fue especial. “Al haber diferencia de edad, nunca habíamos podido jugar juntas en juveniles; entonces siempre decíamos que en algún momento en plantel superior íbamos a poder disfrutar en la cancha juntas. Si bien hubo otros años en los que compartimos ligas y viajes, este ha sido muy especial porque compartimos de principio a fin”, detalla Agustina. “Fue un año muy lindo. Salvo la Superliga en la que no se nos dio el título, todo lo demás fue espectacular. Uno no sabe nunca si va a ser el último o no en el que jugamos juntas”, agrega Lourdes.

Las hermanas superpoderosas de Tucumán Rugby: combinan la abogacía y la medicina con el hockey LA GACETA / Foto de José Nuno

En hockey, Tucumán Rugby tuvo un año casi perfecto

La fase regional de la Superliga de Clubes, en la que el “verdinegro” cayó en la final ante Universitario fue la única “espinita” en un 2023 muy positivo para Tucumán Rugby. Luego de perder la final contra Los Tarcos en 2022, logró volver a ser dueño del hockey tucumano, y se dio el lujo de disputar el Súper 8 de la Superliga, en el que tuvo a Victoria Sauze como refuerzo estrella.

“Este año arrancamos de menor a mayor. Al principio nos costó un poco afianzarnos. El año pasado no había estado en el equipo porque estuve viviendo afuera y, cuando volví, me di cuenta que hubo un recambio importante de jugadoras. Nos fuimos poniendo objetivos a corto plazo, y eso nos ayudó a fortalecernos mucho”, analiza Agustina. “Alcanzar el Súper 8 fue el envión que estábamos necesitando para terminar el año de la mejor manera”.

Lourdes, que sí estuvo en el plantel en 2022, confirmó las palabras de su hermana. “El año pasado fue un año de mucho recambio y eso se notó en que el equipo no estaba con la madurez que se necesitaba. En la Superliga se vio un cambio del 100%, ‘Vicky’ (Sauze) colaboró un montón, y todas las chicas estuvieron muy bien. Si no estabas firme con esos equipos te metían 10 goles; entonces también ese cambio de mentalidad fue clave”, relata.

El equilibrio con la vida cotidiana es fundamental, según las hermanas Butí

Pese a integrar el plantel de Primera, las Butí no dejan de lado el resto de su vida. Ambas estudiaron (Agustina es abogada y Lourdes está completando la carrera de medicina), y cuentan cómo hicieron para compatibilizar el ámbito lectivo y laboral con el deportivo. Incluso, aseguraron, el hockey les trajo consecuencias positivas en ese aspecto.

“Fue un poco difícil, sobre todo me costó mucho el ingreso a la facultad, que es un poco complicado. Ahí tuve que dejar uno, dos meses de estar a full con el hockey, para dedicarme a eso. Después pude volver a la normalidad, pero esos años era mi transición de quinta a plantel superior, y quizás priorizaba más la carrera; entonces me costaba y me frustraba bastante. Después le fui agarrando la mano, me acostumbré y el hockey me sirvió para ordenarme con mis tiempos”, reflexiona Lourdes. “Si querés llegar a Primera y paralelamente tenés el estudio, la organización es clave. Sí se pueden hacer dos o tres cosas. En mi caso siempre fue trabajar, estudiar y jugar al hockey”, completa Agustina.

Pese a que recién terminó la temporada, las Butí ya se enfocan en lo que será el próximo año. A Lourdes le espera primero un viaje a Madrid, entre enero y abril. “La idea va a ser buscar un club para entrenarme allá, con el objetivo de sumarme al equipo en abril. Quiero volver y jugar un año más al menos, antes de entrar a la residencia. Quiero volver a ganar todo el año que viene”, anticipa “Lulú”.

Por su parte Agustina, que también tuvo su experiencia en el exterior (en 2019 y en 2022 jugó en el Polisportiva Valverde de Italia), le apunta todos los cañones al club. “Todos los fines de año hay incertidumbre porque Tucumán Rugby es un club muy grande que tiene un caudal de jugadoras enorme. Por ese motivo se arman listas nuevas todos los años. Igualmente estoy pensando en lo que se viene. Estuve toda la vida en el verde, y eso te lleva a superarte constantemente”, concluye la mayor de las Butí, las hermanas “superpoderosas” de Tucumán Rugby.

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