Puede fallar: Romero estuvo a punto de dejar Atlético Tucumán

El defensor de 20 años recibió a LA GACETA en su pueblo natal, en Catamarca, y reveló algunos detalles de sus inicios en el fútbol.

JUEGUITOS. El zaguero central tuvo una excelente temporada en el “decano”. la gaceta / fotos de Osvaldo Ripoll JUEGUITOS. El zaguero central tuvo una excelente temporada en el “decano”. la gaceta / fotos de Osvaldo Ripoll

“El último partido fue muy triste para mí. Me quedé varios días encerrado en mi casa en Tucumán. Mi mamá me pidió que viniera a Chumbicha a descansar porque no estaba bien”, responde Nicolás Romero al recibir a LA GACETA en su pueblo natal.

Apenas pasadas las 9, el sol ya aprieta en Catamarca. El zaguero central había coordinado la entrevista el día anterior y compartió su ubicación a través de WhatsApp. Pero ahora no responde. “Hola”, dice con voz de dormido. Es entendible, está de vacaciones. Minutos después abre la puerta de su casa familiar y se disculpa. Inmediatamente ofrece comenzar el recorrido por su pueblo natal y por su vida.

“A mí me gusta esta tranquilidad, nada de playas y esas cosas. Voy a pasar unos días más aquí con mi familia. La semana que viene la buscaré a mi novia en Tucumán, nos quedaremos en Chumbicha el fin de semana y luego nos iremos a Tafí del Valle de vacaciones con toda la familia”, comparte el zaguero central, con una timidez que sólo se percibe cuando se enciende la cámara o el grabador. “Vamos a la casa de mi abuela, ahí está mi mamá y mis hermanos”, aclara, antes de subir al auto y recorrer las 10 cuadras.

Su abuela materna vive al frente del hospital Roberto Ramón Carro. Al llegar, toda la familia de “Nico” está en la vereda tomando mates; la propia casa -con vista al este- todavía hace sombra, por lo que la temperatura es agradable. “Ay mi hijo, estoy orgullosa de él, es muy bueno y humilde. Siempre estamos acompañándolo. Cuando lo vimos por primera vez en la tele llorábamos todos, no sabíamos qué hacer. Yo lo único que le pido es que mantenga su esencia”, cuenta Teresa, la anfitriona, que inmediatamente se levanta para preparar comida para las visitas.

El zaguero jugó 36 partidos en 2023 y por eso se muestra agradecido. “A principio de año no me imaginaba que podría haber jugado tanto. Lucas (Pusineri) fue muy importante para mí, me dio el lugar y la confianza, y los chicos me acompañaron. Es lindo que los hinchas me feliciten. Le cuento a mi familia lo que me escriben y se ponen muy contentos”, relata el más grande de cuatro hermanos. Los otros son Matías, Samir y Hannah.

Lejos de casa

Cuenta el jugador que su primer intento de mudarse a Tucumán duró tan solo cuatro meses. El desarraigo le costó mucho. “No aguanté más y volví a Chumbicha; sentí que había decepcionado a mí papá, que le había fallado. Creía que nuestra relación había cambiado, me dolía por dentro”, explica el jugador con los ojos brillosos. En aquel momento Nicolás tenía 13 años y era su primera experiencia alejado de su familia, de la que siempre fue muy unido. Y eso se nota cada vez que hablan.

SU LUGAR EN EL MUNDO. Nicolás Romero en la entrada del polideportivo de Chumbicha, su pueblo natal. SU LUGAR EN EL MUNDO. Nicolás Romero en la entrada del polideportivo de Chumbicha, su pueblo natal.

“Cuando me dijeron que quedaba no fue todo felicidad. Tenía mucha incertidumbre, no sabía dónde iba a vivir, con quién, era muy chico. Me acuerdo que la primera vez que lo fui a visitar nos despedimos en un bar mientras él estaba almorzando y yo lloré todo el viaje. Llegué y le dije a su papá: me lo traés. No me importa cómo, pero lo traés”, comenta Valeria y agrega: “él siempre me decía que estaba bien, pero yo sabía que no. Le puso mucha voluntad”.

Cuando Nicolás decidió dar el portazo, volvió a Chumbicha y se por un tiempo se entrenó en Sportivo Ferrocarril. A pesar de su corta edad, dicen los vecinos que lo vieron crecer que siempre se destacaba. Tal es así que en el 25 de agosto de ese mismo año, 2017, Romero debutó en la primera de la Liga Catamarqueña, jugando para el club del que son hinchas todos sus familiares: Ferro. “Haber jugado a esa edad en Primera me hizo dar cuenta de que sí, que quería intentarlo, que debía volver a Tucumán. Hablé con los ‘profes’ y volví a armar las valijas”, detalla.

A partir de ese momento, la historia de la familia Romero cambió. “Nico” se convenció de que tenía condiciones para ser futbolista y dejó atrás lo sentimental para enfocarse en lo profesional. Mal no le fue: es uno de los mejores centrales de la Liga Profesional y al “decano” le costará sostenerlo entre sus filas en 2024.

Es histórico para nosotros

Por Cristian Santillán -Secretario de Deportes de Chumbicha

Es un placer estar al frente de la gestión de un estado municipal y que tengamos una figura del nivel de Nicolás en el fútbol profesional. Es algo histórico para nosotros. Sin dudas será uno de los mejores deportistas de la provincia. Le tenemos mucho cariño porque es una persona muy sencilla, como toda su familia. Cuando debutó contra Independiente fue una mezcla de sensaciones, porque mi familia es hincha del ‘rojo’, pero a la vez fue una alegría enorme para todos los chumbichanos. Ese día ganó Atlético, fue una felicidad enorme para el pueblo. Después decidimos ponerle su nombre a la cancha de Ferro, porque es el primer futbolista profesional que tenemos en Chumbicha. Todavía no pusimos una imagen de él, pero seguro lo haremos. Es un antecedente histórico. Hace un tiempo le pedí una foto y fue raro; a veces no podemos creer que un día está en la televisión y después anda caminando en el pueblo, saluda, conversa como cualquier vecino. Luego vuelve a aparecer en la televisión y nos llena de orgullo. Ojalá que su carrera siga en ascenso y nos regale muchas alegrías a todos los chumbichanos.

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