Todos somos conscientes del gran deterioro económico que estamos sufriendo por efecto de gente sin competencia, como un profesional en leyes sea ministro de economía, que asociado a la ideología política del partido gobernante de ese momento nunca se preocuparon por el futuro del bien común de la gente del país, cualquier sea el extracto social, esta situación económica alcanza a todos. Y en este contexto económico adverso llegan los famosos impuestazos. Nuestra provincia dio el punta pie inicial en la reducción del gasto político, pero también está al frente del impuestazo, por lo menos así lo expongo porque con esa reducción del gasto político debería haber redundado en un “pequeño” aumento de los impuestos, pero los que tienen la boleta de impuesto del automotor o el inmobiliario para el próximo año sabrán lo que estoy escribiendo, ahora números: Año 2023 en la correspondiente boleta de mi vehículo tenía una valuación de $ 3.035.000 y la alícuota 2% correspondía $ 60.700 y con descuento por pago anual $ 42.490. Ahora año 2024 dos años después de la compra del vehículo la valuación subió a $ 7.458.700 la alícuota del 2% $ 149.174 y el pago anual con su descuento $ 104.421.80. En definitiva la diferencia entre lo que pague este año y lo que pagare por el año que viene es simplemente un 245,75% por lejos supera la inflación que nos dejaron. El inmobiliario viene con un 170% de aumento. Ahora cómo debo entender, si quiero vender el vehículo si ya tiene dos años de desgaste, por lo tanto perdió valor adquisitivo y según la boleta de rentas tuvo un aumento en su valor. ¿Por qué tanto aumento? Si supuestamente debería haber un ahorro de $ 260.000 millones, tengo mis dudas, porque si ese era el valor que giraba la Nación de ayuda, en que se usaba ese supuesto monto, y si no es ese el valor, porque no se distribuyó de otra manera en el presupuesto para que no sea tan exorbitante el aumento. Encima en un solo pago, cuando por el monto bien podrían ser en tres cuotas
Manuel Antonio Sepúlveda


















