Una historia de intercambios culturales, comerciales y científicos dieron por resultado que el español tenga hoy una gran presencia del árabe en la lengua. Todo empezó cuando los árabes musulmanes invadieron la península ibérica, alrededor del 711 d.C. A partir de allí, establecieron un dominio que duró hasta el siglo XV; todo ese bagaje cultural se trasladó a nuestros tiempos. En le marco del Día Mundial de la Lengua Árabe (que se celebró esta semana) Duolingo (aplicación que facilita el aprendizaje de idiomas) recordó en un comunicado que el 8% de las palabras en español derivan del árabe.
El árabe es una lengua hablada por millones de personas en todo el planeta; es el idioma oficial en 22 países y es hablado por comunidades significativas en muchas otras naciones y organizaciones. También es la lengua litúrgica del islam y del Corán, ya que en ese idioma se recitan, estudian y enseñan los textos religiosos. Además, el idioma tiene una rica tradición literaria y cultural, ya que ha sido la lengua de grandes obras literarias, poesía y filosofía a lo largo de los siglos. No es de extrañar, entonces, que este idioma histórico haya dejado vestigios en otras lenguas.
Para empezar, muchas de las palabras que inician con la sílaba “al” provienen de ese idioma, que es la quinta lengua más hablada en el mundo. Además -según el Reporte de Idiomas de Duolingo- es la segunda lengua más aprendida en dos países: Somalia y Pakistan. “Albañil, algodón” o “almohada”, por ejemplo, son vestigios del árabe. Pero eso no es todo: casi 800 años de presencia árabe en España calaron hondo. Durante siglos -y sobre todo en la edad media- la cultura árabe tuvo un gran florecimiento intelectual y científico. Los árabes realizaron importantes contribuciones en áreas como la medicina, la matemática, la astronomía y la filosofía. Muchos de los términos técnicos y científicos introducidos por los árabes se incorporaron al español.
Y en donde más se ve la presencia del idioma es en la cocina. Esto se debe a la introducción de nuevo cultivos y técnicas agrícolas por parte de los árabes, que influyó en el vocabulario relacionado a la agricultura y a la gastronomía. Según el informe, esta última está llena de “arabismos”, con vocablos como aceituna, acelga, arroz, azafrán, azúcar, berenjena, café, fideo, lima, limón, sandía, sorbete y zanahoria, Y no es todo: aceite proviene de “az-zait”, que significa jugo de aceituna; escabeche es sikbag, que quiere decir “guiso con vinagre”.
Fulano, mengano...
Cuando nos referimos a una persona de quien desconocemos el nombre es común que digamos “un fulano”; también son usuales zutano, mengano y perengano. Todas estas expresiones tienen origen árabe: Fulano viene de “fulan” que significa “persona cualquiera”; mengano proviene de la misma lengua con “man kan” que quiere decir “quien sea”. Sin embargo, zutano se deriva del latín “scitanus” o “citano”, que quiere decir “sabido”, mientras que perengano se cree que es una mezcla del apellido Pérez y mengano.