Inquietud por los casos de enfermedades tropicales

Aunque no hay casos de dengue desde agosto, se aconseja hacer prevención doméstica porque el riesgo es alto.

26 Diciembre 2023

Los últimos días del año la provincia está en alerta amarilla por las lluvias, condiciones climáticas que podrían propiciar la reproducción del Aedes aegypti, transmisor de enfermedades tropicales como dengue y chikungunya. En este último caso, ya se detectaron tres contagios importados, y en lo que se refiere a dengue no hay casos desde agosto pero desde entonces se reportaron 361 posibles contagios. Se informan casos sospechosos casi todos los días, indicaron autoridades del Siprosa. Es importante seguir, entonces, las recomendaciones que se hicieron en los organismos oficiales para evitar una posible epidemia.

En los primeros meses de este año, la provincia alcanzó el mayor número de casos de dengue en su historia, con casi 40.000 ciudadanos afectados. Son muchos los tucumanos que sufrieron los síntomas de la enfermedad conocida como fiebre quebrantahuesos. Con el recuerdo latente, ahora que aumentaron las lluvias y los días muy calurosos, la posibilidad de que haya una nueva epidemia genera temor y preocupación. Un punto a favor es la reciente disponibilidad de la vacuna contra el dengue, aunque su impacto sanitario por ahora es limitado ya no que no está dentro del calendario oficial. Unos 8.000 tucumanos se inmunizaron con al menos una dosis de la vacuna, que tiene un costo relativamente alto.

Aunque en general los brotes de la enfermedad transmitida por el mosquito aparecen cada tres o cuatro años, los especialistas creen que aún es prematuro establecer un pronóstico sobre cómo se presentará la patología. Sin embargo, se están registrando muchos casos en países vecinos y también en provincias del NEA, resaltó la directora de Epidemiología del Siprosa. La previsión de reiteradas olas de calor para los próximos meses y una mayor humedad producto de El Niño son factores que podrían potenciar la proliferación del Aedes aegypti. En este sentido, el decano de Medicina dijo a LGPlay que “hemos pasado de tener brotes esporádicos de dengue a lo que en medicina se llama una enfermedad endemoepidérmica: esto quiere decir que está presente todo el año; hay unos cuantos casos y de pronto se producen los picos”. Y lo vinculó con el deterioro del clima.

Por otra parte, la cantidad de casos sospechosos informados desde agosto marca una mayor inquietud ante la aparición de síntomas, lo que no necesariamente luego se traduce en casos confirmados. Según la funcionaria de Epidemiología, hoy las condiciones ambientales favorecen la reproducción del mosquito. Por lo tanto, la prevención, el cuidado ambiental, es lo más importante: hay que eliminar de las casas los recipientes que puedan acumular agua. Se recomienda tapar tanques y depósitos de agua; colocar boca abajo los recipientes que puedan acumular agua; cambiar y limpiar todos los días el agua de los floreros y bebederos de animales; poner arena en los portamacetas para que absorba el agua; vaciar y limpiar los colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia; limpiar canaletas, y rejillas y colocar telas mosquiteras en las tuberías de ventilación de los pozos ciegos. Además, para evitar la picadura, se recomienda usar mangas y pantalones largos; aplicar repelente; proteger cunas y coches con tul; usar espirales o tabletas repelentes en cada habitación de la casa y colocar mosquiteros en las ventanas.

Se trata de las cosas que podemos hacer para hacer frente a estas enfermedades que cobran importancia sustancial en el proceso de tropicalización que sufre nuestro ambiente, en el que, como advirtió el decano de Medicina, “son frecuentes las islas de calor”.

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