La maternidad, como acto revolucionario en el deporte

La maternidad, como acto revolucionario en el deporte

“Le digo a las atletas que a veces postergan su maternidad por la ambición en el deporte que tener un hijo y no postergarlo es lo mejor que te puede pasar”, expresó con convicción Belén Cassetta después de alcanzar la cima con la medalla de oro en los últimos Juegos Panamericanos. Estas palabras resuenan como un eco potente en un escenario donde cada vez más mujeres deportistas desafían las expectativas al no postergar la maternidad en busca de la gloria en sus respectivas disciplinas.

Una de las voces más destacadas en esta lucha por la igualdad en el deporte es Allyson Felix, la corredora olímpica estadounidense que ha conquistado la pista de atletismo y, fuera de ella, se ha erigido como una defensora incansable de los derechos de las mujeres deportistas que deciden ser madres.

Felix, con sus once medallas olímpicas, ha demostrado ser una fuerza imparable en el mundo del atletismo. Sin embargo, su influencia va más allá de las pistas, extendiéndose hacia la redefinición de las normas que rodean la maternidad en el deporte de elite. Durante las negociaciones de su contrato con Nike en 2018 Felix experimentó de primera mano la discriminación que enfrentan las atletas madres. A pesar de sus numerosos triunfos, al revelar su embarazo, Nike le propuso un nuevo contrato con una reducción del 70% en su remuneración anterior. Este momento crucial llevó a Felix a proponer una cláusula que protegiera su no penalización en caso de un rendimiento ligeramente inferior durante los meses posteriores a la maternidad. Su objetivo era claro: establecer un estándar justo y cuestionar la desigualdad de trato a las atletas que deciden ser madres.

La respuesta de Nike, que rechazó la propuesta de Felix, puso de manifiesto las dificultades que enfrentan las mujeres en el deporte para conciliar la maternidad con sus carreras. Sin embargo, la atleta no se dejó vencer. Decidió poner fin a sus negociaciones con Nike y hacer público el rechazo que sufren las deportistas por embarazo y maternidad en el deporte de elite.

El acto de Allyson Felix no solo mostró un caso particular, sino que también provocó una respuesta significativa de Nike. El vicepresidente de marketing de la marca se comprometió a una política no discriminatoria y asumió la responsabilidad del caso Felix. Bajo el lema “Nuestras voces son poderosas”, la atleta decidió publicar la carta en su perfil de Instagram.

Este episodio subraya la falta de casos conocidos de hombres deportistas que hayan sufrido reducciones en sus contratos debido a la paternidad, enfatizando la urgencia de abordar las desigualdades persistentes que las mujeres enfrentan en el mundo del deporte de elite.

Rosario Sosa, una jugadora de fútbol de San Martín de Tucumán, hace 20 años dejó su carrera deportiva durante cinco años al quedar embarazada. “En esa época no había tantas mamás jugando al fútbol como hoy” expresó Sosa. Y agrega: “Brisa, una compañera de plantel, entrenó hasta los cinco meses de embarazo. Ahora va al club con el bebé. Pero las mamás que van con sus hijos los tienen que dejar a un costado de la cancha. En el club no hay lugares pensados para las madres, ni para amamantar, ni para dejar a los niños y poder entrenar tranquilas”.

En este contexto, el 11 de enero se inaugura la filial del Sindicato Internacional de Fútbol Femenino y afines. La directora de Tucumán, Daniela Páez, sostiene que el sindicato viene a buscar que los clubes cumplan la ley de profesionalizar a las jugadoras y respeten las licencias por maternidad. El tiempo dirá si logran cumplir con el objetivo o la deuda con las mujeres persiste.

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