Ley ómnibus: Diputados pasó a un cuarto intermedio y retomará el debate mañana al mediodía

La jornada legislativa concluyó después de las 21:30 y se reanudará este jueves a partir de las 12; no se alcanzó a votar en general; el texto se redujo de 664 artículos a menos de la mitad y podría experimentar más cambios.

Ley ómnibus: Diputados pasó a un cuarto intermedio y retomará el debate mañana al mediodía
31 Enero 2024

Tras una intensa jornada en el recinto y en las inmediaciones de la Cámara de Diputados, donde comenzó a debatirse la ley ómnibus que reclama el presidente Javier Milei, las autoridades del cuerpo y los bloques legislativos pidieron un cuarto intermedio con el objetivo de que el cuerpo no siga sesionando durante la madrugada. El acuerdo de las distintas bancadas, a excepción del kirchnerismo, es que el encuentro sea retomado desde mañana al mediodía.

Con ese cronograma, el oficialismo no logró aún que la “Ley de Bases” fuera votada en general, debido a la extensa lista de oradores anotados para hablar en el recinto: aún restan 140. Los incidentes que tuvieron lugar en las inmediaciones del Congreso mientras se desarrollaba la sesión terminaron por convencer a los diputados que lo mejor sería pasar a un cuarto intermedio, para bajar la tensión dentro y fuera del palacio, y volver a reunirse este jueves a las 12.

La votación para definir el cuarto intermedio se hizo a mano alzada, pese a una queja del titular del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez. Pero la moción fue apoyada por Cristian Ritondo (Pro) y Miguel Angel Pichetto (Hacemos Coalición Federal), además de la UCR y los libertarios de La Libertad Avanza (LLA), que encabeza el presidente del cuerpo, Martín Menem.

La determinación llegó al cabo de once horas de sesión. El quorum se había garantizado alrededor de las 10:30 gracias al aporte de los bloques aliados -UCR, Pro, Hacemos Coalición Federal e Innovación-, además de los tres diputados nacionales que conforman la bancada Independencia, que responden al gobernador Osvaldo Jaldo, del PJ. La sesión comenzó con 134 legisladores presentes sobre los 257 que integran el cuerpo.

A pesar de que diputados de diversos bloques de la oposición amiga cuestionaron fracciones del texto impulsado por el Ejecutivo, se espera que la mayoría de su aval para que el oficialismo logre su aprobación en general. Eso podría suceder recién mañana ya que se calculan 35 horas de debate. Los 100 legisladores kirchneristas, agrupados en el bloque Unión por la Patria, y los cinco del Frente de Izquierda y los Trabajadores se encaminan a un rechazo total.

A pesar de este apoyo, el Gobierno podría sufrir un serio revés durante el debate en particular de algunos de sus artículos claves, entre ellos los referidos a las privatizaciones de empresas públicas. Tanto el radicalismo como Hacemos Coalición Federal ponen reparos con la venta de determinadas compañías que consideran con un valor estratégico nacional, así como con el procedimiento pautado para ello, que valoran poco transparente.

Otro foco de conflicto aún no saldado es el de las facultades delegadas que el Poder Ejecutivo pretende arrogarse por un año, con la posibilidad de ser prorrogado por otro año más. Si bien el oficialismo accedió a reducir el número de emergencias a ser declaradas durante este período, una veintena de diputados de distintos bloques opositores -sin considerar al kirchnerismo y a la izquierda- insisten en su negativa a ceder atribuciones especiales al Poder Ejecutivo.

Uno de esos bloques es la Coalición Cívica. Con un encendido discurso, la legisladora Paula Oliveto Lago, adelantó que si bien su espacio acompañará “con muchas reservas” la Ley de Bases, aclaró que plantearán modificaciones y disidencia en muchos artículos y que no avalarán la delegación de facultades en el Poder Ejecutivo. “Porque la CC no dejó sus convicciones en la puerta de este Congreso”, señaló.

Después de obtener el quórum que habilitó el inicio de la sesión, y seguido de una serie de homenajes y cuestiones de privilegio, el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, solicitó -a través de una moción de orden- que el proyecto del Ejecutivo vuelva a trabajarse en comisiones y se postergue su tratamiento en el recinto. Tras denunciar “oscurantismo” en el proceso que llevó a la emisión del dictamen, el diputado kirchnerista repasó las idas y vueltas en las negociaciones entre el oficialismo y la oposición, y cuestionó la ausencia del ministro de Economía, Luis Caputo; del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y del cerebro de la iniciativa, Federico Sturzenegger, durante las reuniones informativas.

Esta fue la primera prueba de fuego del oficialismo, quien fue auxiliado por los bloques aliados para defender la continuidad de la sesión y evitar el plan de barajar y dar de nuevo del kirchnerismo. Finalmente, por 149 votos en contra y solo 103 a favor, se rechazó el pedido de Martínez y se siguió con el debate.

Como parte de la dinámica legislativa, la sesión comenzó con una serie de homenajes así como con el tratamiento de 22 cuestiones de privilegio, es decir, expresiones públicas que los diputados solicitaron emitir en el recinto durante la reunión de Labor Parlamentaria.

Durante este momento inicial se gestó el primer contrapunto que demoró la discusión y sembró tensión entre los legisladores. Cuando le tocó el turno de exponer a Myriam Bregman (FIT-CABA), un hombre acodado a una de las gradas insultó a la diputada, quien automáticamente solicitó al presidente de la Cámara baja, Martín Menem, que ordene la sesión. La respaldaron los legisladores kirchneristas, Cecilia Moreau y Martínez, quienes solicitaron al titular del cuerpo que se aparte al agresor. “Desalojemos las gradas si es que trajeron barras. Haga respetar la voz de los diputados en este recinto porque es la voz del pueblo”, pidió Moreau.

El individuo fue identificado como Tomás Agote y se lo referenció con un grupo de empresarios representantes de pymes agrupados en el Comité PEP (pymes, emprendedores y productores). Si bien en esta agrupación admitieron conocerlo, en este sector dicen que Agote se “coló” y no venía con ellos.

“Soy un empresario que vino a apoyar la ley”, respondió el individuo tras ser consultado por su nombre, quien fue retirado del recinto por el personal de seguridad de la Cámara baja. A cruzarse con el legislador kirchnerista Mario Manrique, quien cuestionó su comportamiento, el empresario lo increpó: “Estoy hace una hora esperando que empiece, ustedes son empleados nuestros y digo lo que quiero”.

Otra situación que generó chispazos fue la presencia de Leonardo Sosa, uno de los fundadores del grupo Revolución Federal, quien estuvo preso por instigación a la violencia cuando intentaron asesinar a la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner. La vicepresidenta primera de la Cámara, Cecilia Moreau (UxP), denunció este hecho y pidió su expulsión del recinto. “Se encuentra en la casa Leo Sosa, quien fue parte del intento de asesinato a Cristina Kirchner”, alertó. Y denunció: “Esta tuiteando y amenazando a diputados”.

“Entró con una pulsera color roja, que se distribuyeron desde algún lugar de esta Cámara. Entonces además de todo y de denunciarlo, le quiero pedir que cuide la integridad de los diputados”, le reclamó la diputada al presidente de la cámara. Se llega al debate del proyecto de ley ómnibus en un clima enrarecido. Las idas y vueltas que dejaron las tratativas entre el Gobierno y los bloques dialoguistas para llegar a un punto en común erosionaron los vínculos entre ellos y tensaron al máximo las conversaciones.

Al ingresar al Congreso, la vicepresidenta del bloque UCR, Karina Banfi, pidió una conversación política exenta de “chicanas baratas”. “Esto quiero decirlo porque escuché algunas voces del oficialismo, de los diputados liberales. Los gobernadores no extorsionan. Y acá lo más importante es que cuando le ajustan a un gobernador, no le están ajustando al salario del gobernador, se están ajustando a cada uno de los comprovincianos de su provincia, que él gobierna y que tiene que responder”, señaló.

Las inmediaciones del Palacio Legislativo se encontraron desde temprano rodeadas de un fuerte operativo de seguridad. Para proteger el ingreso al Congreso, sobre la Av. Rivadavia, un vallado restringía sus puertas. Desde el mediodía, se congregaron organizaciones sociales y de izquierda para manifestarse contra la ley ómnibus en la plaza de los dos Congresos. Más tarde se registraron incidentes.

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